Soy de las personas que se dan cuenta de las cosas tarde, pero derrepente. Me explico, puedo vivir completamente feliz en la ignoracia un día, y al otro me doy cuenta de algo por lo que debería haberme preocupado antes.
Ahora me dí cuenta de que no te necesito para ser feliz, y que tenía razón cuando, hace tiempo, te dije que estábamos mejor separados (y también me dí cuenta gracias a vos, que me lo mencionaste ayer).
Mi intento de que estuvieramos bien fue inútil, falló, y pareció como que apenas te importase (o me dió la sensación). No voy a mentir diciéndote que no siento todo lo que te conté el otro día, pero empiezo a superarlo (creo, y espero que de verdad sea así).Perdón por estos quilombos que armé y esos cambios de opinión repentinos, pero es lo que causaste en mí, y no pude evitar.