Hora de: Turno nocturno

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—Anoche que llegué, Sensei no estaba.- dijo el chico de cabello bicolor a su usual grupo de amigos. —Pero hubo una cosa que realmente me aterró. Del cobertizo venían unos sonidos extraños.

—Claro, ¿y tú quieres que nos creamos eso?- se burló Karma, —Apuesto a que saliste corriendo como niñita.

Terasaka estaba a punto de responder, pero fue interrumpido por Koro-Sensei, quien recién estaba entrando en el salón de clases.

—Buenos días muchachos,- saludó con su habitual cara sonriente. —Nuru ju ju ju~, espero que hoy tengan un maravilloso día lleno de asesinatos.

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—Bien... Esta noche le toca el mantenimiento del aula a...- hizo una pausa y revisó su lista de asistencia. —Karma y Nagisa-kun. Procuren traer lo necesario para limpiar. Yo estaré en el aula de profesores, por si necesitan ayuda.

—¡Bien!- dijeron al unísono el par de chicos seleccionados por el profesor.

—Nos vemos muchachos.

De camino a casa Karma y Nagisa comenzaron a preguntarse si lo que había dicho Terasaka seria cierto.

—Podremos averiguarlo hoy

—Tienes razón, puede que Terasaka exagerara.

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—S-suéltame, pulpo...

—Nuru ju ju ju~, pero Karasuma~ últimamente no me has dejado tocarte.

El hombre luchaba por soltarse de los tentáculos del maestro.

—Silencio Karasuma-Sensei... Podría llegar alguien- los tentáculos del ente amarillento se colaban por la ropa del agente, mientras esté intentaba no emitir sonido alguno.

Mientras tanto, Karma y Nagisa se encontraban en el aula limpiando el suelo cuando la luz del lugar se apagó.

Nagisa saltó a los brazos del pelirrojo quien soltó un breve risa ante el acto del menor.

—M-me tomó por sorpresa...- se excusó el peli-azul.

—Vayamos a buscar al profesor, puede que él nos ayude con la iluminación en lo que terminamos.

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Koro-sensei había quitado toda la ropa del cuerpo de Karasuma, y ahora sus tentáculos estaban por todo su cuerpo, tocando cada parte sensible que tenía el moreno.

Los reflejos del profesor seguían alerta, pues el agente había intentado asestarle un par de puñaladas con dificultad mientras era toqueteado por los amarillos tentáculos. Eso sí había sido un verdadero reto, pues sus miembros estaban temblorosos; su cuerpo estaba siendo recorrido por, a saber cuantas, extremidades pegajosas. Dejando marcas en cada rincón de su piel, como si de chupones se tratase.

Ocasionalmente Koro-sensei hacia movimientos bruscos contra la piel de su compañero, rozando sus pezones, lo que hacía que el moreno arqueara la espalda.

No podría decirlo nunca, pero esa sensación le gustaba, le gustaba la corriente que se descargaba en su columna y muslos.

Uno de los tentáculos del pulpo le estaba haciendo un "sounding*".

El escuchar el sonido de las voces y los pasos del par de chicos que había citado con anterioridad Koro, hicieron que el pulso se levantara hasta el cielo. Sus piernas flaqueaban, no eran los nervios; era la adrenalina, las ganas de ser descubiertos. Un par de los tantos tentáculos en su interior. Moviéndose sincronizadamente, entrando y saliendo de su esfínter y uretra, ambos golpeaban su próstata con fuerza, al borde de la locura, con ganas de gemir tan alto como pudiese.

Podía escuchar la respiración del pulpo, las cigarras en esa noche de verano, y su propia respiración. Sus gemidos comprimidos en su garganta, con ganas de salir.

Saltaba sobre las puntas de sus pies cada vez que sentía a los tentáculos detenerse en su interior.

Su cabello estaba pegado a su frente a causa del sudor, y sus manos estaban fuertemente aferradas a las paredes de madera de aquel viejo cobertizo.

Esa era una de esas noches en las que le daban ganas de poder besar a Koro, de gritar su verdadero nombre, de no saber nada acerca del experimento y mucho menos de las repercusiones que habían tenido sobre tan hermoso ser, como lo había sido Koro-sensei.

—¡Sensei!- podían escuchar los gritos del par de estudiantes desde el interior. —No, no está.

Escucharon resignarse al oji-azul.

—Puede que esté...

Karasuma, al oir como el pelirrojo insistía en buscar ahí saltó con más desesperación, haciendo que el pulpo terminara corriendose en su interior, lo cual quería evitar a toda costa. El moreno sintió de nuevo golpear su próstata, mientras escuchaba el crujir de la puerta siendo abierta. Y por fin ahí pudo alcanzar su cumbre.
                     
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—No, no está.- dijo el mayor de los niños. —Tendremos que esperar en la sala de maestros.

Koro había aprovechado la distracción de Karma al abrir la puerta para salir a 20 Mach con Karasuma en brazos.

Le dejó en la cama que a veces compartía con el agente y regresó a la misma velocidad, hasta le dio tiempo de poder ir por una tarta de frutilla a París.

Al regresar al aula de profesores vio al par de chicos sentados frente a la misma, ambos le contaron el problema y lo resolvieron.

—Por cierto... Cuando le buscábamos escuchamos unos ruidos extraños provenir de la bodega

—Puede que hayan sido ratones.

—Se escuchaban bastante extraños para ser ratones.

—Puedo asegurar que lo eran...- el rostro del profesor se volvió rosado. —¡Bueno! ¡El trabajo termino! Pueden apresurarse a regresar a casa, no son horas de que un par de adolescentes estén fuera de sus casas. Por favor vuelvan con cuidado.

Se apresuró a despedirlos en la puerta de la escuela.

¿Qué pensarían sus estudiantes si se enteraran de todo lo que hacía con su otro profesor?

Volvió a sonrojarse. Intentando no pensar en lo que podrían decir.

**Debilidad #21 de Koro-Sensei:
"Le importa lo que piensen de él"

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*Sounding: Práctica de introducir objetos con forma de sonda por la uretra. (?

Lamento si la explicación no es muy buena :v. Pero es más o menos lo que yo entendí.

**Número y debilidad no confirmada

"Addicts" (Yaoi One-shots #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora