Cap 2
*Alex*
Despierto entre mis almohadas, el libro que leí está en el suelo, parpadeo ligeramente y me froto los ojos, me levanto lentamente y recojo el libro del suelo. Llamo a un criado para que me diga el horario y le pregunto si puedo ir al cine con Jordi, o almenos hacer un picnic con él. Ya os podeis imaginar la respuesta. Salgo enojada de mi habitación y voy directa a la de Jordi, empiezo a picar a la puerta hasta que él sale.-¿que quieres ahora?-pregunta él en tono molesto.-¿cuando haremos algo juntos? Quiero hacer un picnic o por lo menos dar una vuelta.-le pido en medio de reproches.-Mira, niña, yo no soy un juguete, yo tengo mi vida, lo nuestro solo es enfrente de alguien, yo tengo mi pareja y mis asuntos, así que no pienso ir a ninguna parte contigo, te aconsejo que tu también intetes hacer tu vida. Adiós, princesa Alexia.- dice él y da un portazo.
No se que me duele más, el que mi prometido me haya rechazado o que tenga una vida doble.
No puedo negar que es una buena estrategia, los dos fingimos que somos prometidos y tenemos nuestra vida aparte, pero no es tan facil.
nadie se jugará su vida por quererme, nadie se atreverá a que alguien se entere y lo maten por salir con una princesa, nadie.
Me da igual que Jordi no quiera venir conmigo al picnic, iré yo sola, no necesito su compañia, iré mañana a la pradera y punto.*Nora*
Ya estoy mejor, me miro al espejo con vergüenza, me veo debil, vulnerable y eso no me gusta. ¿Porqué me ha de pegar? No quiero derramar más lagrimas por los golpes ni por los moratones, mis ojos ya están demasiado secos.
Miro mis heridas y las limpio, en el acto me hago daño y me retuerzo, escuece, a veces soy muy bruta con el tema de curar, no se me da demasiado bien.
Me voy a mi pequeña biblioteca, es una habitación para mí, para que pase el rato.
En la pared cuelga un arco dorado con un carcaj de flechas de plata y decoraciones de diamante. No me gusta usar ese arco, es demadiado artificial para mi gusto, demasiado bonito para lo que es, un arma. los prefiero más simples, pero ese es el de la familia de la realeza de Arco y simpre que salga me lo he de llevar, no estoy muy cómoda con él.
Salgo al jardin y voy a la parte de entrenamiento y cojo un arco sencillo. Intento imaginar en la diana la cara de Jack y le doy justo en el centro. Sonrio complacida al pensar que la diana es Jackson y le acabo de perforar la nariz.
Quizá tres agujeros sean mejor que dos.
Sigo jugando con el arco, desahogandome hasta que me quedo sin flechas, entonces se oye un fuerte estruendo seguido de un portazo y un gruñido. Es él, ya a llegado.
-¡me a rechazado! ¡matadla! ¡desterradla! ¡que sufra mi ira!- gritaba una fuerte y profunda voz, la de Jack.
-Señor, usted esta casado, técnicamente no puede irse con mujeres...-Intentaba calmarlo Trevor, el ayudante de Jack.
-Eso no me importa lo más minimo, esa niñata ni siquiera accede a besarme, es una amargada. Te aseguro que un dia la cojo y...-Dijo Jackson enfurecido . Trevor puso cara de pánico.-Se..señor...no pensara en...-dijo un pálido Trevor.-Si, un dia la mataré.-Dijo terminando la conversación.
Esas palabras me dejaron helada, mi vida corria más peligro aún si es que se podia imaginar, técnicamente ya estaba en peligro antes, me pega todas las semanas, me insulta, me desintegra como persona.
Genial, ahora viviria con más miedo aún, con más pánico en mi cuerpo de lo habitual, que bien...
Fui lentamente a mi habitacion. Él esta ahí, sentado en la cama, quitándose los zapatos.-Hola-le saludo por educación quizá asi se calma, él responde con un movimiento de cabeza. Entre que gruñe, muerde y hace movimientos de cabeza a veces me recuerda a un perro.
Me siento al otro lado de la cama, doy gracias por este frio e incomodo silencio. Él me observa desde atras, puedo notar su mirada clavada en mi espalda.-Tú, mañana iremos a montar a caballo,¿me oyes?-Dijo él. -No quiero ir a montar a caballo contigo- suelto automáticamente sin darme cuenta.-¿Que has dicho?-Dijo, visiblemente ofendido. Demasiado tarde, ya lo habia dicho, no habia marcha atrás.-No-dije simplemente.
Me agarró del cabello y me atrajo hacia él.-A mí nadie me dice que no, a mi no se me contradice, ¿ME OYES?-gritó haciendome daño mientras me estiraba del pelo, entoces me soltó con un empujon.-¡Estoy harto de las mujeres!, ¡Solo sabéis llevarme la contraria! Te juro que lo pagareis muy caro, pasado mañana quiero verte en el establo, ¿me oyes?-dijo levantandose, puso la cara más seria y los ojos más furiosos que habia visto nunca. Ya le habían fastidiado lo suficiente hoy, ahora no se le podia decir que no a nada.
Estoy harta de tener que hacer lo que me dice, de no ser mi propia dueña, él se cree que soy de su propiedad, pero se equivoca.
Odio a todos los hombres con todas mis fuerzas, todos son igual que él, estoy segura, y los odio a cada uno de ellos.
Mañana tendre que aguantar como liga con chicas y me deja apartada mientras se besa con una, como siempre, y me mirará como diciendo "mira lo que te pierdes", que asco me da.
No pienso dormir en la misma habitación que él, y menos estando tan cabreado como está. Me iré a mi biblioteca, me dormire en el sillón si hace falta, a ver si no me despierto nunca y mañana no tengo que seguir con este señor.
Un rato despues de quedarme dormida oigo un leve pero constante golpeteo en la puerta, mi mirada se dirige hacia el pomo, me levanto y abro. De repente caen dos personas encima de mi, una chica llorando a mares se esconde rapidamente detrás usando mí espalda como escudo, la chica es una criada. Enfrente mio hay una persona de la familia real, es como mi primo lejano o algo así. Enrique, mi primo lejano, esta con la bragueta del pantalon bajada, lo que me indica el porqué la chica de detras esta tan espantada, me giro y veo sangre en el labio de la chica, se lo a partido.
-¿Que es todo esto?-pregunto yo, preocupada por la muchacha -Nada importante- Responde él con indiferencia-Tú y yo ya hablaremos-dice dirigiendose a la criada-Adios, majestad-dice él despidiéndose. Cuando cierra la puerta la habitación se queda en un profundo silencio ahogado unicamente por las lagrimas que caen de la chica. Puedo llegar a oir su respiracion acelerada, noto como se va relajando en mi espalda, noto unas frias lágrimas caer por ella.-¿Estás bien?- pregunto intentando transmitirle tranquilidad.
La muchacha no responde, solo se limita a acurrucarse y protegerse en mi espalda, como si yo fuera su ultima salida, el unico muro en el que se puede esconder, sus lagrimas expresan algo mas que simple agua que cae, expresan temor, miedo, debilidad, ansiedad y nerviosismo. Entiendo esa sensación, es la misma que siento yo cerca de Jackson, esa sensación de agobi. Al principio empiezas a sentir una presion en la garganta, un nudo. Despues un malestar general por todo el cuerpo seguido de un sofoco y pulsaciones aceleradas, que dan paso a unos escalofrios de terror. La comprendo, ese hombre le a pegado, incluso por las pistas llego a intuir que ese hombre a intentado llegar bastante lejos, almenos eso declaraba su bragueta abierta.
-losiento- le oigo susurrar. -perdóneme- continúa la muchacha. No sé de que se disculpa, ella no ha echo nada malo, no es su culpa que el mundo este lleno de sinvergüenzas, no es su culpa que todos los hombres sean iguales, no es su culpa que no sepan respetar a las mujeres.-No sé de que te disculpas-digo sin pensar. -He causado muchos problemas hoy, perdóneme.- sigue la criada.-Tu tranquila, ese hombre no volverá a molestarte, estás a salvo.-digo para calmarla, pero no creo que le ayude, sabemos que no es así, no podemos estar a salvo de gente como ellos, nadie puede.-Gracias- susurra tan débilmente que casi ni la oigo. Simplemente no respondo, decir un "de nada" no tiene sentido asi que me limito a dejarla descansar un poco más. Finalmente hace una reverencia y se va, no sin antes repetir un "gracias".
Yo tengo razón, lo de hoy era lo ultimo que faltaba para rematar, todos son iguales, ninguno se salva, nadie es capaz de amar a una mujer, solo de pegarla y disfrutar a costa de su sufrimiento, definitivamente odio a los hombres.
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Contra corriente
RomanceCuando todo esta en tu contra, nadas a contra corriente en un intento desesperado de sobrevivir, es imposible que te canses de nadar todo el dia sin descanso (notese mi ironia), aunque hayan obstáculos que el agua y la corriente arrastran hacia ti c...