capítulo 4

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Nora

Me dirijo a hacer mi entrenamiento del dia, los de la poblacion de Arco no nos llamamos así por nada, Arco es el nombre que le pusieron nuestros antepasados al reino, ya que todos sus habitantes aprendian a usar el arco desde bien pequeños. Al acabar el entrenamiento en una parte del jardin me llaman las sirvientas, me tienen que preparar para ir a montar. Frente al espejo me percato como primero me quitan la ropa, despues observan mis heridas y moratones, se miran espantadas, pero rapidamente vuelven en sí, no pueden decir nada ni nadie puede saber lo que ven, han de mostrar indiferencia.
Primero cubren con maquillaje los moratones y ocultan las heridas del dia anterior, luego me ponen la ropa de montar y me hacen una trenza con flores, me ponen unas botas y me dejan sola. Me miro al espejo, me veo bastante bien, mi cabello marrón esta recogido y cae por mi pecho, mi vestimenta es perfecta, han logrado ocultar las ojeras de anoche, pero no han podido ocultar la tristeza y melancolia que expresan mis ojos azules.
Salgo con desgana, me encantaba montar a caballo, era mi pasatiempo favorito, hasta que Jack empezó a obligarme a ir a pasear con él. Es odioso, es insoportable, mira a cada chica que se nos cruza, se hace el galán, el buena persona, yo se que se va con otras, como también se que después les pega, y claro, ellas no dicen nada, menos la última chica, aunque no quiero ni saber que le pasó por rechazar al rey de Arco.
Ese monstruo a echo que ya no me guste montar a caballo, mi propio caballo, Acko, odia a Jack, odia como me mira, y, cuando me intenta pegar, Acko me defiende, él se enfada pero no le hace daño, sabe que ocultar heridas de un caballo es más dificil que ocultar unas heridas en una persona.
Bajo lentamente las escaleras, miro hacia abajo y allí está él, preparándose, y no para montar a caballo, eso él lo podría hacer con los ojos cerrados y en pijama, sino preparándose para tontear.
Ruedo los ojos mientras bajo los ultimos escalones.-Ah, Nora, ya estas lista, vamos-. Dice el con autoridad. Ni me lo pregunta, simplemente es una orden. Jack se acaricia con ego su flequillo para ponerlo como a él le gusta mientras yo me monto en Acko, dulcemente le acaricio la crin, Jackson me mira con asco antes de salir disparado por la puerta, cabalgando como si fuera solo. Íbamos por la pradera vecina, Jack iba demasiado deprisa, cabalgando con los ojos cerrados, por aqui no habia nadie ya que faltaba un rato para llegar a la aldea. Escuche un relinche de un caballo y un fuerte grito. Jack ni miró lo que habia pasado, solo se paró en seco.
-Ocupate tú de esto, Nora.-fue lo único que dijo y se fué a buscar chicas.
Yo me quede parada, horrorizada al ver a una persona en el suelo, no le vi la cara ya que llevaba un casco. Su caballo intentaba captar su atención en medio de relinches.
-Dios mio,¿estas bien? Lo siento de veras, ese hombre es un idiota, no para de hacer daño al mundo, ojalá se muera-le dije a la nada, obviamente enfadada con Jack.
Al no oir respuesta alguna bajé de mi caballo y me puse a la altura de la persona, tenia sangre en las rodillas y tenia lastimado un codo. Se sacó el casco que llevaba por seguridad, lo que es raro porque solo lo lleva la gente importante. Levantó la cara y al fin la pude ver. Era una muchacha. Me sonaba de haberla visto en alguna ocasión en alguna fiesta real pero no sabia nada de ella.
Ella me miró a los ojos, sus ojos verde esmeralda conectaron con mis ojos celestes. Tenia lágrimas en las mejillas, las cuales me dieron ganas de limpiar con mis propias manos. Era preciosa, era algo menor que yo, tenia un pequeño corte en la mejilla derecha, se lo acababa de hacer porque de el brotaba sangre. Rapidamente saque un pañuelo de mi bolsillo y lo coloque en la herida de la mejilla. Su piel era muy blanca y parecia muy suave.
-lo lamento, ¿estas bien?-pregunté preocupada. No sé porque me peocupo tanto, supongo que tengo que arreglar el desastre de mi maridito...
La chica se dejaba curar, en un momento la vi sonreir, una pequeña curvatura en la comisura de sus rosados labios, eso ya me alegró el dia, supongo que hacia tiempo que no veia una sonrisa de verdad y lo necesitaba.

Alex
Me aburria mucho en palacio, acababa de llegar de Arco pero ya queria salir para no pensar, pero no queria ir sola, aunque me habia acostumbrado a ir con Karim a buscar flores y pasear con el campo, Karim es mi amigo, mas bien mi caballo, es marrón y tiene la crin dorada, es precioso, me encantan los animales, siempre que puedo voy a la pradera a ver conejitos y demás animales.
Al final iré a pasear un rato, me llevare pan para los patos, merienda para mi y para Karim y puede que hagamos un picnic, supongo que será divertido.
Yo procedo del "pueblo" vecino al reino de Arco, aunque en realidad somos más una ciudad. Este reino se llama"I" , no se sabe porque, los rumores dicen que la "i" procede de instrumento, ya que a nosotros nos encanta la musica y aprendemos a cantar y a tocar musica desde pequeños. Cada reino tiene como nombre una vocal y se le llama por esa letra, excepto Arco, el reino principal, que es la "A" pero lo llaman Arco.
Corrí hacia mi cuarto a prepararlo todo.
Despues de una hora en la cocina ya estaba todo listo para partir.
Avisé a un guardia de que me iba a dar una vuelta con Karim el cual me ordenó ponerme el casco de seguridad con el que solo me cubre hasta los ojos, una tonteria bastante necesaria, supongo.

Iba por la pradera tranquilamente cabalgando, observando las multiples flores que decoraban el hermoso paisaje. La crin de karim flotaba entre el aire haciéndome cosquillas en la barbilla cuando me acercaban a él. Desde el horizonte se veia venir a dos figuras, las dos venían hacia mi dirección, la verdad es que no me dio tiempo a reaccionar cuando una de ellas se estampó contra karim, haciendo que automáticamente cayeramos karim y yo al suelo. Por una vez en la vida agradecia que un guardia me hubiese obligado a ponerme el casco de seguridad. No supe lo que habia pasado hasta que oí una dulce voz preocupada, entonces sentí un pequeño dolor en el codo y la rodilla. La voz estaba bastante enfadada con su marido, el que deduzco que me tiró al suelo. Yo seguía metida en mi tranze cuando la que supuse que era una chica se acercó a mí. Me saqué el casco y intuitivamente levanté la cabeza encontrandome así con los ojos de la chica, los cuales eran de un azul espectacular. Sentí como me resbalan lagrimas por las mejillas y automáticamente me escocio la mejilla derecha. Nos quedamos quietas observandonos durante un rato, acto seguido ella sacó un pañuelo del bolsillo y me limpió la mejilla, donde supongo que tendria alguna herida. Ese acto hizo que me ruborizara levemente, hacia mucho tiempo que alguien no me ayudaba sin ningun motivo, siempre que me ayudan es porque es su trabajo, pero ella me curaba sin ningun ánimo de lucro. Era la primera en hablarme dulcemente sin ser una criada, sin que fuera su deber, simplemente que me hablara en ese tono porque le apetecia. Ella insistió repetidas veces en preguntarme si estaba bien a lo que yo no contestaba, preferí quedarme quieta y difrutar, mientras me limpiaba suavemente la herida como si fuera algo que hacia a menudo. No pude evitar sonreir tiernamente, una pequeña e inocente sonrisa. Hacia mucho tiempo que no recibia atención y lo echaba en falta, en ese momento supe que tendria que agradecérselo a la chica, comenzando tal vez por hablarle. No se porqué pero me parecia haberla visto antes, me sonaba muy familiar su cara, aunque no creo que hubiese podido olvidar a alguien con una voz tan pacifica y amable, no, definitivamente no podia haberla olvidado.

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