- Al parecer era cierto eso de que las chicas se demoran hooooras vistiendose - dice James.
- Cállate - respondo desde mi cuarto - Agradece que acepte acompañarte.
- Si, si. Lo que tú digas.
¿Quién se cree? Solo llevo metida en mi cuarto 15 minutos. No es para tanto....... Termino de hacerme una trenza (obviamente mal hecha) y bajo corriendo las escaleras.
- Ya estoy lista - aviso cogiendo mi cartera y cruzándola por mis hombros.
- Hasta que al fin - bufa James
- ¡Vamos! - exclamé, ignorando su comentario.
Abrí la puerta y me encaminé a la entrada del laberinto, mientras que James me seguía por detrás.
*****
- Oye, ¿por qué tenías un tarro de miel en tu maleta? - le pregunté al fin después de tanto tiempo con la curiosidad carcomiéndome
- Porque me gusta la miel. Así de simple - respondió.
- Mmm.
Seguimos caminando en silencio hasta que llegamos a la ciudad. Ya que aún es temprano no hay mucha gente. Nos dirigimos hacia el Supermercado. Ya adentro, ambos vamos directamente a donde están los estantes que contienen los tarros de miel.
- ¿Cuántos debería llevarme? - comenze a murmurar - ¿15 estarán bien? ¿O quizás 25? Mmm.
- Estás demasiado obsecionada con la miel - sentenció James - Me das un poco de miedo.
- Oh vamos - dije restándole importancia - Esto no es nada. ¿Tú cuántos tarros de miel vas a comprar?
- Solo 2 - exclamó enseñandome dos de sus dedos - No estoy tan loco como tú, "Chica miel" - termino con un tono de burla.
- ¡No me llames así! - grité, haciendo que las miradas de los que estaban a nuestro alrededor voltearan a vernos - Disculpen- dije un poco avergonzada. Se supone que tego que evitar llamar la atención, pero gracias a cierta persona no lo estoy logrando - ¿Ves lo que ocasionas? - le reprendo a James, volviendo a hablar con él.
- No es mi culpa el hecho de que hayas gritado como una loca... chica miel.
- ¡Que no me llames así! - vuelvo a gritar. Y como era de esperarse todos nos vuelven a mirar. Esta vez me importa un pepino el hecho de que no tengo que llamar la atención. Pierdo muy rápido la paciencia, ¿saben? - ¡¿Y ustedes que?! ¡¿A caso no tienen otra cosa de hacer?!
Todos vuelven a lo suyo mientras que yo intento calmarme.
<<Muy bien Kim, así se hace. Pero que forma más discreta de no llamar la atención. Debes estar orgullosa de ti.>>
- Vaya, vaya, vaya - escucho que dice James - ¿Quién diría que tenías ese carácter, chica miel?
- Ah - suspiro derrotada - ¿Acaso no vas a parar de llamarme así?
- Quien sabe......Kim - sonríe - Te puedo decir asi, ¿cierto?
- Si.
- Genial, chica miel - cambió su sonrisa por un gesto de burla.
- Decídete. ¿Cómo me vas a llamar? - dije exasperada.
- No lo se. Tendrás que acostumbrarte a que te diga como yo quiera.
- Si, claro. Como tú digas - suelto con sarcasmo.
- ¿Vamos a pagar? - dice - Yo solo voy a llevarme 2 tarros, tu llevate los que quieras.
James se dirige a la cajas registradoras. Al pasar por mi lado, con su mano acaricia suavemente mi cabeza, despeinandome un poco. Ese gesto me tomó por sorpresa. ¡¿Qué mierda le pasa a este chico con sus cambios de actitud repentinos?! ¡¿Y a mí que mierda me pasa para ponerme nerviosa solo por eso?! Rayos. Siento en este momento mi cara arder. Algo anda mal conmigo hoy. El calor me está afectando demasiado.
<<Pero Kim.... si no hay ni un solo rayo de sol en el cielo>>
Mierda, eso es cierto.
- ¿Que pasa, chica miel? Apresúrate. Aún es temprano y puede que no hallan muchas personas en las filas - escucho que dice James a lo lejos, haciendo un gesto para que me apure.
Salgo de mis pensamientos ridículos y corro hasta donde está él.
- Te dije que no me llamaras así - le reproché, haciendo un puchero, mientras caminabamos.
- Y yo te dije que te llamaría como quisiese - respondió con una sonrisa burlona.
Le saco la lengua de manera infantil. Ni cuenta me doy de que ya llegamos a nuestro "destino", si se le puede decir así.
- Diablos - se desespera James - No lo puedo creer. Y eso que llegamos temprano.
Si. De igual manera yo tampoco lo puedo creer. ¡¿Cómo hacen para haber tantas personas comprando a tan bajas horas de la mañana?!
- No nos queda de otra - le digo a James suspirando.
Ambos, resignados, nos dirigimos a la fila que parecía tener menos gente.
<<Pero que bonita manera de empezar el día>>
Es lo que pienso mientras espero en la cola.
ESTÁS LEYENDO
Aviones de Ilusión {PAUSADA}
Novela JuvenilÉl agarro una hoja y comenzó a doblarla. -¿Qué haces? -pregunté. Me ignoro y siguió con lo suyo. -Hey. Te estoy hablando. -Espera un momento. En un rato acabo, Kim -respondió. Cuando terminó pude ver que había hecho un avión de papel. -Mira. ¿Qué t...