Me quedé paralicida al ver quien era, ¿ qué diablos hacia aquí? ¿ Cómo consiguió localizarme? Me fastidiaba verlo ahí parado después de tanto daño que me había echo, y en seguida vino todo esos recuerdos que pasé junto a él, nuestro primer reencuentro, nuestro primer beso, su sonrisa que me encantaba, sus ojos verdes que antes me gustaban e imnotizaban. Todo eso que me hizo sentir cuando más lo necesitaba pero que destruyo mi corazón cuando me dejo por una maldita zorra con cuerpo de plástico.
—¿ Qué diablos haces aquí?- le conteste fría y distante.
— Quería verte.- dijo esbozando una sonrisa.
—Pues yo no quiero así que vete de aquí antes que te eche a patadas, capullo.- le grite en su cara.
—Veo que todavía me guardas rencor por dejarte.- ironizó.
—Oh claro.-me agarre el pecho justo donde estaba el corazón.— Me dejastes un gran vacío, por eso me voy con otro.
—Oh veo que te olvidastes rápido de mí.- me miró fijamente.
—Oh claro que si, pero ahora mismo te me largas, no entiendes que eres un puto hueso carnoso que no para de babear por otras, ahora dejame hacer mi vida, y no vuelvas a aparecer por aquí ni en cien años.- le dije cerrando la puerta en su cara, pero puso el pie antes de cerrarlo y abrió de nuevo.
—¿Crees que voy a dejar que te largues sin más?
—Eres un imbécil.- le dije cogiéndole de la camisa.- ¿ Qué coño te e hecho yo para que aparezcas de nuevo?
—Nada, simplemente vengo a molestarte. Quería ver como vivías sin mí.
—¿No lo has visto? Vivo lo mejor que antes contigo.
—Oh creeme que no.
—¿ Qué te hace pensar eso?.-Me reí en su cara.
De repente lo cogi otra vez del cuello de la camisa que llevaba y en un momento determinado y cuando menos se lo pensó le di una patada en la entrepierna, pero el logro agarrarme del brazo dejándome la marca de su hombro. Intente sortarme pero no pude tenía más fuerza que yo, se recuperó de su dolor de la entrepierna y ahí fue cuando vino el problema, me cogió y me llevó hasta el sofá y me tiro, después se echo enca mío, el muy imbécil quería aprovecharse de mí.
—Idiota suertame ahora mismo.- Le dije gritando mientras pataleaba y le daba puñetazos donde pillase.
—Estate quieta niñata.- me dijo mientras me daba un tortazo en la cara.
Me hizo daño pero aún así seguía pataleando, la puerta sonó varias veces y quería ir a abrir pero su cuerpo me atrapaba con todos sus fuerzas y no podía hacer nada, el teléfono sonó y supondría que era David quien había detrás de esa puerta.
—Sueltame maldito hijo de perra.- le grite pero él me tapó la boca.
—Callate.- me ordeno dejándome ver como sacaba de su bolsillo una navaja.
Y en ese momento sabría que si no me estaba quieta o hacia algo para escaparme me mataría, pero no quería que se aprovechará de mí así que me solté de un brazo y conseguí darle en la cara y que el se encogiera y se tapara con las dos manos, hice un ágil movimiento y escape de él corriendo hacia la puerta y cuando estaba a un centimetro de escapar me cogió de nuevo y me pegó por todos lados. Me tapé la cabeza con las manos, se había convertido en un monstruo, ¿ quién era? No lo reconocía, el niño bueno, mujeriego y amable había desaparecido. Cerré mis ojos no queria ver nada, entonces cuando pensé que iba a ser fuerte y resistir mis lágrimas, pero mi instinto me decepciono y unas cuantas lágrimas calleron sobre mi cara.
ESTÁS LEYENDO
¡Eres Mio Imbecil!
Genç KurguUna relación rota, como todas las veces que había estado con un chico. David, popular, horriblemente atractivo, egocentrico... Yo...una responsable por así decirlo. Una vida cruzada, un destino y pesadillas invaden mi mente, ni siquiera pensé que e...