Capitulo 11-. ¿Carreras?

882 17 3
                                    

Sus labios encajaban a la perfección con los mios, sus manos pequeñas e inocentes con las mias, su cuerpo delicado y suave con el mio. Joder, era tan jodidamente perfecta que no pude dormir en toda la noche por el simple echo de estar pensando en ella. Escuché su corazón latir rapidamente, y su respiración era agitada, sus labios rojos sangre otra vez con los mios...mi mente me estaba dando una pasada buena. Odiaba estar pensando en ella todo el día a todas horas, pero cuando no la veía estaba deseando verla. Un ruido procedente de la parte de arriba hizó que bajará de las nubes. Bajó las escaleras despacio, con pesadez. Iba con una camiseta larga hasta llegarle por los muslos,y  porque le tenia un alto respeto si no iría hacia ella la cogería de la cintura, la besaría y le arrancaba esa camiseta.

-Buenos días.- me saludo.

- Si con buenos días te refieres a que son las 2:30 de almediodia, buenos dias.- me reí.

-Tengo un resacón que juro que muero hoy mismo.- decía mientras se estrujaba la cabeza.

-Espera te traígo algo, no esta bueno pero te quitará el dolor.- le dije mientras me dirigía hacia el armario del baño.

Tarde un poco debido a que no encontraba los malditos sobres, eran unos pequeños y de color naranja que utilcé para tomarme uno por la misma causa. Al fin los encontré y me dirigi hacia la cocina, eché un vaso de agua e invertí el sobre, despues se lo dí a Llanet.

- ¿Qué es lo que estas cocinando?.- pregunto curiosa.

-Comida.- me burle de ella.

- Ya lo sé pedazo de idiota, me refiero a que tipo de comida.- dijo aun bebiendo.

-Lasaña.- me reí de su cara.

-¿Y ahora que pasa? ¿Es qué acaso tengo monos en la cara? .- dijo furiosa.

-Es por tu cara es ...chistosa.- dijé entre risas.

- ¿Así que chistosa?.- dijo acercandose a mi  para pegarme pero yo por un acto reflejo le cogi de la mano y la acerque a mí. Nos quedamos en silencio y pude sentir otra vez su corazón con fuerza. Pero simplemente era los nervios no eran otra cosa pues yo era como uno de tantos, un mujeriego que se acuesta con mujeres para olvidar a la invisible chica de su escuela. Uno de tantos...

Se alejó de mi tropezandose y yo me eché a reir de nuevo, despues de estar una hora esperando a que se hiciese la lasaña por fin pudimos comer.

-Esto esta buenisimo.- hablaba Lanet.-¿Al final has quedado con ella?.- dijo desinteresada.

-Sí.- respondí seco.

- A bueno....-dejó el plato en la encimera y se fue. Al llegar arriba cerró de un portazo la puerta.

POV'S LLANET.

  Lo sabía, joder, lo sabía, y fuí tan idiota. Pensé desde el primer momento que era diferente a los demas y me salió con mi afirmacion sobre esos idiotas era verdad. Mujeriego. Nadie podía cambiar eso. El domingo pasó rápido como cualquier día.
Llegó la noche y me dormí enseguida.

El maldito despertador empezó a sonar de nuevo por cuarta vez y lo estampe contra el suelo. Estaba arta de escucharlo sonar cada cinco minutos. Me levanté.con pereza, me fui al baño y me aliste. Planché un poco mi cabello y me lavé los dientes, me dirigi hacia mi vestidor y me cojí un jeans negros y una sudadera ancha, mi bufanda y mis vans negras. Bajé al parecer Karther no vino. Me tomé el desayuno y antes de menos diez salí de mi casa, rumbo a la maldita escuela. Tenía un humor de perros, estaba por los suelos. Mi cara era todo un poema, sentí las malditas palabras de David resonar en mi cabeza. "Si". Ese si definitivamente me deatruyó.

¡Eres Mio Imbecil!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora