⚠️ Esta historia contiene spoilers de la primera temporada de Stranger Things. Recomiendo terminar de verla antes de seguir leyendo. ⚠️
Un par de meses después de los eventos que tuvieron lugar en Hawkins, un pueblo aparentemente tranquilo, la vida...
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¿Quién eres? ¿Y qué haces en mi mundo?
El timbre que indicaba el final de las clases sacó a Delia de sus ensoñaciones y, como siempre, fue la última en recoger todas sus cosas. No le molestaba en absoluto, de hecho lo prefería a tener que salir junto a la muchedumbre. ¿Meterse entre un cúmulo de personas que desprenden sudor, gritan y empujan para llegar los primeros a la salida? "No, gracias".
Una vez fuera reconoció a lo lejos a la chica que había conseguido llamar su atención en los últimos días; Nancy Wheeler. Iba acompañada del que parecía ser su novio, un tipo con un peinado más grande que su propia cabeza. Delia no tenía prejuicios, pero de haber tenido que adivinar, habría optado por la opción de "chico pretencioso con pocas luces".
Dejó de lado a la pareja para posar su mirada sobre algo que le llamaba mucho más la atención. El joven Will Byers. Estaba concentrado tratando de explicarle algo a sus amigos, que le miraban con un gesto de incredulidad. De repente, todos empezaron a reír y se marcharon en sus bicicletas dejando atrás a Delia, quien seguía tratando de resolver un misterio que sólo parecía conocer ella.
Poco después emprendió el viaje de vuelta a su casa, que quedaba relativamente cerca del instituto. Mientras caminaba movió la mochila hacia un lado para poder extraer algo. Era una especie de boceto a lápiz, y en él aparecía un niño con una pinta enfermiza, al borde de la pérdida de conciencia. Delia todavía lo recordaba. El chico había pasado mucho tiempo en su universo, escondiéndose de la bestia. Aquello no debió ser bueno para él.
La pregunta era, ¿qué consecuencias habría traído su estancia en el infierno?
La chica no lo sabía, pero estaba segura de que lo averiguaría pronto. Como todo lo sobrenatural de aquella realidad alternativa, al final acabaría acudiendo a ella.
闇
Una vez en casa subió a su cuarto para continuar con la rutina diaria. Extrajo una libreta pequeña con un estampado liso de color gris y un lápiz, dispuesta a tomar nota de todo lo que viera. Suspiró. Nunca estaba segura de si saldría viva o no de aquellas expediciones, pero siendo quien era y teniendo el don que tenía, consideraba que hacerlo era algo así como una obligación.
—Delia, ¿has llegado ya cariño?
—Sí, mamá —había seguridad en sus palabras. Tenía que haberla.
—¿Hoy también te vas a estudiar con tu amiga?
—Sí —esta vez su voz vaciló, y notó una pequeña punzada en el corazón.
Odiaba mentirle a su madre, pero no podía contarle a dónde iba realmente. Sabía que, de hacerlo, le prohibiría tajantemente salir de casa; de su cuarto, incluso. Pero era su obligación. Sí, lo era.
