⚠️ Esta historia contiene spoilers de la primera temporada de Stranger Things. Recomiendo terminar de verla antes de seguir leyendo. ⚠️
Un par de meses después de los eventos que tuvieron lugar en Hawkins, un pueblo aparentemente tranquilo, la vida...
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Tras extraer la navaja de su espalda la bestia se tambaleó y fue a parar al suelo.
Gruñía y se retorcía con fiereza, como si tratara de liberarse de algún tipo de agarre. No estaba muerta, pero sí fuera de juego, por lo que debían aprovechar aquel momento de debilidad para salir de allí.
Will no reaccionaba, seguía absorto mirando el rostro de aquel monstruo, temblando de miedo. No obstante, en cuanto Delia se plantó delante suya pareció salir de aquel trance.
—¿Me oyes? Tenemos que salir de aquí.
Will asintió como respuesta y la siguió hasta el portal que ella misma había abierto.
En cuanto ambos estuvieron fuera Delia trató de hablar con el chico para ver si el estado en el que estaba era muy grave o no, pero antes de que pudiese soltar la primera palabra un grito que retumbó por el bosque llamó la atención de los dos. Alguien estaba buscando a Will.
—¡Will! ¿Will, dónde estás? —en cuanto el niño escuchó aquella voz respondió con un temeroso 'aquí'.
De entre la niebla que inundaba el bosque salió una figura que parecía pertenecer a un hombre.
—¿Q-qué haces aquí? —preguntó aquel nuevo integrante, ya dentro del radio de visión. En cuanto vio que había alguien más con su hermano adoptó una postura de incomodidad.
Tenía el pelo lacio, que cubría parte de su cara, y una ropa bastante informal. Aunque lo primero que hizo fue mirar fijamente a Delia a los ojos, no tardó en bajar su mirada a un punto inferior. Su hermano.
Will corrió a los brazos de aquel chico y le apretó la cintura con fuerza. Él le devolvió el abrazo mientras dirigía la mirada de nuevo a la pelinegra. Dos segundos después la devolvió al menor.
Era fácil detectar la incomodidad en su comportamiento, incluso para Delia, que nunca había sido una experta en el análisis de las conductas del ser humano.
—Will, ¿qué ha pasado?
—N-nada... —mintió—. Simplemente estaba corriendo, me caí y me hice una herida.
Delia no abrió la boca en ningún momento, limitándose a observar a los dos hermanos.
Ambos comenzaron a murmurar cosas entre sí y, cuando terminaron, Will se dirigió hacia la salida del bosque mientras Jonathan caminaba a una corta distancia para vigilarlo y cuidar de que no le pasara nada.
Antes de que el chico desapareciera de su vista, Delia rompió el silencio.
—Oye —llamó la atención de Jonathan, que se giró ligeramente sobresaltado—. Deberías vigilar a tu hermano.
Confuso, mantuvo la mirada sobre ella unos segundos para terminar girándose y desapareciendo entre la niebla.
