A ver, creí que iba a aguantar más capítulos, pero me he cansado y la muchacha va a hablar en ingles siempre, ale, pero cuando diga algo en español estará en cursiva. Y sí, soy una vaga, pero una vaga feliz.
Las 8:57, no pensé que podría estar tan cansada. Con forme iban avanzando las clases el sueño me iba consumiendo, hasta que, sin quererlo, me quedé dormida en la penúltima clase.
Noto unos golpecitos en la espalda.
- Taylor, despierta.
Abro los ojos con pereza para encontrarme con el rostro de Eve, el cual se le ve cansado. Tan solo la conozco de la noche anterior, pero de ser sincera es la que mejor me ha caído en el poco tiempo que llevo aquí. Compartimos algunas clases y de ahí que esté aquí con migo.
Me levanto, guardo mis cosas en la mochila y nos dirigimos hacia la taquilla.
- Solo quiero dormir - gruño.
- Y yo - se restriega la cara con las manos.
Pone su código y abre su taquilla. Es roja, al igual que todas, tiene un pequeño espejo y fotos por todas partes.
- ¿Te gusta hacer fotos?
- Me gusta bastante - se encoge de hombros - pero no se me da muy bien, tal y como dice mi padre real.
De lo poco que se de ella - ya que la conocí ayer - es que sus padres están separados. Ella y su hermano viven con su madre, con la cual se entiende perfectamente, en cambio con su padre es mas complicado. El motivo de la separación fue que al parecer a su padre le iban mas los tíos que las tías. Empezó a salir con un hombre durante su matrimonio, se dio cuenta de que le gustaba mas estar con el que con su mujer y se divorciaron. Ahora vive en un piso pequeño a las afueras de la ciudad con su novio. Me contó todo esto en un bajón que la dio al final de la noche.
- Pues a mi me encantan - me acerqué para verlas mejor. Todas seguían una misma temática y gama de colores. Morados, negros, azules, eran lo que predominaban - esta es preciosa - dije alucinada observando un paisaje de montaña de invierno de colores fríos.
- Gracias, la hice en unas vacaciones - se muerde el labio - Puedes quedártela si quieres.
- ¿Segura?
- Si, la tengo en el ordenador - dijo mientras la quitaba con cuidado de la taquilla.
- Muchas gracias - la guardé en el carpesano - Bueno... ¿ahora que hacemos?
- Cualquier cosa menos ir a clase.
- ¿Qué propones entonces? - una sonrisa picara salió de su cara.
- Sígueme.
Salimos del instituto y empezamos a andar hacia unas calles las cuales no había visto nunca. No eran tan grandes y con casas familiares a los laterales como en la que estoy, eran mas bien edificios con apartamentos, un poco viejos a decir verdad.
- ¿A donde vamos exactamente?
- A mi casa, en la que vivo con mi madre. Estará trabajando.
Entramos en un enorme edificio con muchos pisos, solo se veían ventanas simétricas por toda la fachada, el color marrón del ladrillo lo hacía más viejo de lo que probablemente era. Entramos en el ascensor y pulsó el número catorce.
Una vez entré a su casa, me fije en lo decorada que estaba, parecía una casa de diseño.
- Esta muy bien decorada.
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Epitafio Del Enamorado
Teen FictionPorque no todo es tan fácil, porque todo es muy complicado. Esto no está hecho para nosotros. Supongo. Mi mente me aturde. No quiero irme. No me olvides, por favor. Hasta pronto. ¿Nos volveremos a ver? No copiéis, sed originales.