Why you are thin? [muke clemmings]

Capitulo Siete

Luke, un poco dolido, se fue a casa con la idea de despejar su mente y poder pensar mejor en un forma para solucionar una situación así.

Estaba comenzando  a desesperarse.

Sin embargo Michael , estresado, cansado por ende somnoliento, y de mal humor, tuvo que devolverse a su salón pues se le había quedado el jodido libro de química bajo la mesa.

Ya era la cuarta vez que se le quedaba algo ahí y no habrá una quinta.

Entra al aula recién ventilada por  los auxiliares y dirige su camino hacía el lugar que le correspondía. Se agacha un poco y saca el libro de la rejilla, lo guarda en su mochila y antes de salir de ahí, nota un aparato sobre la mesa de su lado.

El mismo aparato que Luke usa.

—Idiota—pensó Michael tomando el objeto entre sus manos.

No le quedaba de otra, debía llevárselo, antes de que Luke se diera cuenta de que no estaba en su poder.

Π

Subió en el bus que lo llevaba cerca de la casa de Luke.
Era impresionante lo vacío que se encontraba el transporte en el que iba,  pues era día de semana y apenas era medio día.

El vehículo lo dejo a dos casas de distancia de la del rubio, en otras palabras, en la suya.

Primero necesitaba enfriar la cabeza para luego llegar a la casa de luke y devolverle el jodido aparato de una puta vez.

Se quedó en el pórtico de su puerta, afirmo su frente en ella y así se quedó por un rato.

—Luke eres un estúpido—Susurro antes de sacar el celular de Luke de su bolsillo y lo desbloqueo.

Pensó en enviarle un mensaje a la madre de Luke para avisar que él lo tenía y que luego no hiciera un escándalo en la escuela por el "robo" de su móvil pero como Luke es tan idiota no se va a acordar de que tiene teléfono.

Michael suspiro y acerco su dedo al botón de bloqueó pero antes de que pudiera presionarlo lo vió.

Vió algo que no debía ver.

La pestaña quedó abierta

Y Luke al descubierto.

Michael mordió su labio inferior tan fuerte que una pequeña gota de sangre se escurrió en sus delgados labios rojizos,  apretó el puño y guardo el celular en su bolsillo.

—Ojalá desaparecieras—Pensó Michael antes de encaminarse lleno de impotencia a la casa de Luke.