19.Dame amor

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HARRY

Lleve mis manos a mis ojos y talle estos con cuidado, despertándome del todo gracias al sonido de mi celular, el cual me indicaba que eran las siete de la mañana; era hora de irme a trabajar. Me puse de píe, tambaleándome un poco de adelante hacia atrás, cansado. Camine a pasos lentos hacia el baño y me di paso a lavar mis dientes rápidamente, para después dirigirme hacia mí armario y sacar de este mi traje negro junto con mi corbata color roja y mis botas negras. Me vestí, peine mi cabello hacia atrás y salí de mi habitación hacia la cocina.

Tome la cafetera entre mis manos y deposite un poco de agua dentro de ella. La conecte y la cerré, me cruce de brazos mientras esperaba que el agua se calentara lo suficiente para hacer mi café de todas las mañanas.

Sentí como mi pantalón era ligeramente rasgado, haciendo que mi vista se bajara encontrándome con mi pequeña gatita Olivia.

Dibuje una sonrisa en mis labios y me agache para así, tomarla entre mis brazos. Un pequeño "meow" salió de su boca, haciendo que acariciara su estomago con ternura.

—Solo somos tu y yo, Olivia —Sonreí un poco, con nostalgia —No tardare mucho en el trabajo, volveré temprano, como siempre —Deje un beso en su pequeña cabecita y la baje. Olivia soltó otro "meow" mientras se acostaba a un lado de mi píe.

Un pequeño sonido salió de la cafetera indicando que el agua ya estaba lo suficiente caliente. Saqué un sobre de café al igual que un bote de leche del refrigerador. Tome la cafetera y serví el agua caliente en una pequeña taza color blanco con negro, tenia pequeños corazones alrededor de ella y en el centro decía "Para el mejor novio del mundo".

Lleve una de mis manos hacia aquellas palabras escritas y acaricie esas con mi pulgar. Niall me había regalado aquella taza en nuestro primer mes de novios.

Sacudí mi cabeza de un lado a otro sabiendo que las lagrimas pronto caerían de mis ojos si no paraba de recordarlo.

Me di paso a servir el café al igual que la leche, para luego, tomar una cuchara y revolver este. Después de unos segundos deje la cuchara en la mesa y me di paso a darle un pequeño sorbo a aquella taza.

Pase la lengua por mis labios, probando el pequeño sabor de café que había quedado en estos. Me adentre a la sala y tome mi maletín negro. Di sorbo tras sorbo hasta dejar la taza completamente vacía y dejarla en la pequeña mesa de centro de la sala.

Salí de mi casa y me adentre a mi auto, para así dar marcha hacia mi trabajo.

•••

—Buenos días —Saludé a mi secretaría, Melanie. La había contratado hace algunos meses, dando de baja a Jane con la autorización de Liam.

Melanie tenía 37 años, era una dulzura de mujer, éramos buenos amigos. Ella se había convertido en mi mejor amiga en este tiempo.

—Buenos días, Harry —Aparto su mirada de la computadora y la dirigió así mi —¿Cómo amaneciste?
—Ya sabes —Solté un pequeño suspiro —Como siempre —Me encogí de hombros.

Melanie se puso de píe tomando una carpeta entre sus manos. Me adentre a mi oficina y ella también; iba detrás de mi.

—No me gusta verte así —Dejo la carpeta en mi escritorio —¿Cómo te ha ido con mi amiga que te he presentado? Supe que tuvieron una cita—Sonrió.
—Es un dolor de culo —Tome la carpeta y empece a leer lo que contenía, negocios pendientes —No paraba de hablar y lo peor era que lo único que decía se trataba de ella, de su cabello y no dejaba de repetirme que estaba soltera —Solté un gruñido —Me dijo que le llamara y no lo pienso hacer —Hice una mueca, disgustado.

Sober |nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora