Thirty-nine. →Narrado←

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—Bueno chicos, vamos al baño. —hablé después de cerrar el horno y dejar ahí unas bandejas repletas de galletas.

—¡Pero yo estoy limpio! —chilló Jaxon haciendo un puchero.

Reí mientras me quitaba el guante de cocina y me acerqué a él.—¿Ah sí? —bajé a su nivel y él asintió.—¿Entonces qué es esto? —hablé en el mismo momento en el que pasaba un dedo cerca de su boca quitando un poco de mezcla.

El niño se ruborizó y yo me levanté riendo un poco y comiendo la mezcla que había quitado de su cara con mi dedo.—Vamos, al baño los dos. Les prometo que las galletas estarán listas para cuando salgan del baño. —comencé a tomar las ollas y demás utensilios y a dejarlos en el lavabo.

—¡Ven Justin, rápido! —habló Jazzy subiendo las escaleras llamando a su hermano mayor para que los acompañara. Y así él lo hizo.

Comencé a lavar las tazas grandes que habíamos utilizado y a dejarlas a un lado para que se secaran, así hice con lo demás que habíamos utilizado hasta que una voz a mis espaldas me hizo sobresaltarme pero al mismo microsegundo relajarme.

—Am, enserio muchas gracias por hacer esto. —Justin habló detrás mío acomodando un banco para sentarse.

Cerré el grifo, sequé mis manos con una toalla y me volví hacia él.—Ellos son una dulzura, Justin. —sonreí.—Pero aún no entiendo, ¿tu mamá porque no los podía cuidar? —me acerqué al mostrador y me senté al lado de él.

—Oh. —asintió.—Es que, ellos no son hijos de mi mamá. —se rascó la nunca y yo me di mil bofetadas mentalmente.

—Que idiota. —me maldije a lo bajo y en ese momento él habló.

—¡Oh no, no te preocupes! —movió sus manos y rió.—No fue nada.

Yo asentí abrazándome a mí misma.—¿Sabes? —lo miré.—Jaxon cree que eres bonita.

Yo sonreí enormemente.—Es igual a ti Justin. —confesé y él asintió muy consiente de que lo sabía.

—Pero yo le dije que no te podía ver bonita. —me miró tensando su mandíbula.

—¿Porqué no? —fruncí mi ceño confundida.

—Porque... —tomó mi banco y lo acercó aún más al suyo.—Eres muy mayor para él. —yo alcé mi ceja incrédula y él se acercó a mí.—Y porque él no podrá hacer esto...

Se acercó a mí de tal modo que nuestras nariz y respiraciones chocaran, haciéndome entrar en una ola de nervios increíble. Yo miraba sus ojos mieles y tragaba grueso de los nervios que tenía.

—¿H-hacer qué? —pestañeé nerviosa un par de veces y seguidamente volví a tragar grueso formando un nudo en mi garganta.

—Esto. —de repente, tomó mis mejillas y unió nuestros labios con un beso.

Nos besábamos con tanta fluidez que impresionaba. El beso comenzó a subir de tono y Justin bajó de su banco aún sin separar su boca de la mía, enrolló mis piernas en sus caderas y en un segundo me montó sobre el mostrador.

Sus manos Iban y venían sobre mi abdomen y muslos, mientras que las mías hacían el mismo trayecto pero en su cuello y cabello.

Justin comenzó a besar mi cuello y clavículas haciéndome jalar aún más su cabello y expresar pequeños y ahogados gemidos.

El placer me estaba haciendo el camino perfecto hasta la entrada del infierno. Y si este es el infierno, ¡qué me den la bienvenida!

—¡Justin! —se escuchó el chillido de Jazzy a lo largo. Llamado el cual los dos ignoramos por completo.

—¡Justin! —se volvió a escuchar el mismo llamado de la misma persona pero más fuerte.

—T-tu her-mana te llama. —a cómo pude hablé aún con Justin devorando mi cuello haciéndome caso omiso.—¡J-Justin! —susurré un poco fuerte y esta vez él se detuvo para mirarme.—Tu hermana te está llamando. —hablé algo agitada.

—¿Qué pasó Jazzy? —Justin pegó un grito para evitar ir hasta donde estaba su hermana.

—No grites, aquí estoy. —apareció de repente en la cocina junto con Jaxon haciéndonos pegar un brinco a los dos.—No encontraba mis zapatillas. —alzó su pequeño pie derecho y agitó el zapato frente a nosotros.

Justin rodó los ojos y se posó en mis clavículas respirando entrecortadamente.

—Amber, ¿las galletas están listas? —habló Jaxon emocionado.

Yo giré mi cabeza hacia el horno y divisé unas galletas bien crecidas y doradas dentro del mismo.—¡Lo están! —sonreí de vuelta hacia el pequeño.

Los dos niños pegaron un pequeño grito de alegría y yo le di una pequeña palmadita a Justin es su cabeza para que se apartara de mi. Así lo hizo y bajé del mostrador para ir hasta el horno.

Una vez que saqué las galletas, y las puse encima del mostrador Justin habló:—Ojalá les den dolor de estómago a los dos. —miró a sus dos hermanos después de decir lo anterior con un tono amargo.

—¡Se ven riquísimas! Y a ti no te daremos.
—habló Jazzy sacándole la legua a su hermano mayor y se acercó al banco en el que estaba sentada hace unos momentos para tomar una galleta, seguida de Jaxon.

—Como sea. —habló rodando los ojos y yo reí.—Iré a tomar una ducha. —salió de la cocina algo enfadado.

—¡Pero no estás sucio! —habló Jaxon extrañado.

—¡Pero me quiero bañar, Jaxon! —se volvió hacia su hermano.—¿Qué tampoco puedo hacer eso? —yo bajé mi mirada y mordí mi labio para no reír.

A los segundos después, volví a alzar mi mirada y observé que iba subiendo las escaleras a regaña dientes. Volví a reír en silencio y negué con mi cabeza.

........

Alguien por ahí me pidió uno narrado y pues, ¡aquí lo tiene!👀

Creo que nunca había tomado el tiempo para hacer esto pero, ¡chicas muchas gracias!💗💫 Somos 30k de leídos y bueno, ¡muchas gracias por eso y por todo el apoyo, enserio son geniales!👑💖

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