Antonia y el roba sonrisas

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En aquella casa reinaba un silencio tenso, pesado, escalofriante, era uno de esos silencios que anunciaba una tormenta; y ¡vaya qué tormenta!, ella se estaba preparando, planeando su plan de venganza. Puesto que la vida no le dio más que dolor y amargura, y por tal razón nadie merecía ser feliz.

Llena de odio y de rencor, con ganas de guerrear en contra de la vida y de todo aquel que fuera feliz a su alrededor, tomó sus hierbas, pociones mágicas y creó un amuleto al que bautizó como: "El roba sonrisas".

El roba sonrisas ya creado, lo admiró de lado y lado y se preguntó si funcionaría, giró hacia la derecha y vio el revoloteo amoroso de dos palomas blancas, con odio y firmeza apuntó su siniestra creación ante ellas. Al cabo de unos segundos se convirtieron en dos seres casi moribundos que emprendieron su vuelo con mayor tristeza.

-Sí sirve se exclamó Antonia Pérez de Valenzuela, pero su regocijo fue efímero ya que a lo lejos se oía la voz ronca y quejosa de su marido Felipe Valenzuela, el causante de su gran desdicha.

-Ya voy, espérate que no soy avión para acudir rápido a tu llamado

Iba balbuceando camino al dormitorio en donde se encontraba Felipe Valenzuela ya al borde de la muerte. Su vida con Antonia podría resumirse a un largo y penoso camino, Antonia no lo amaba se casó con el por despecho, para hacer sufrir a su madre quien la atosigaba con la escuela, con el manejo de la casa siendo a penas una niña. Al llegar al dormitorio de su esposo, Antonia guardaba consigo su abominable creación.

Apuntó el roba sonrisas hacia él, poco a poco se fue apagando, su tez perdió color, su boca el sabor y con poco y nada se dejó morir.


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El roba sonrisas (cuento audio completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora