Capítulo 7

193 21 20
                                    

Desperté gracias a la pequeña cosa que brincaba una y otra vez sobre mi, gruñí levemente mientras lo tomaba por las piernas y lo dejaba caer sobre el colchón para después hacerle cosquillas.

-No tita, no.- reía sin control alguno, intentando con todas sus fuerzas hacer que yo parara. Sus ojos se achinaban de una manera demasiado tierna; como amaba a mi sobrino.

-Eso te ganas por despertarme a las seis de la mañana, campeón.

-¡Papá Noel me ha traído muchos regalos!- como pude me puse de pie y deje que tirara de mi brazo hacia la sala.

Ahí me encontraba yo,un par de horas después, aún con el cabello alborotado y esa pijama de unicornios que tanto amaba, sentada a media sala rompiendo la envoltura de los regalos de Tyler, gritando de emoción junto con él cada que descubríamos que era el nuevo regalo, y para qué negarlo, bostezando cada veinte segundos, cuando alguien llamó a la puerta.

-¡Yo voy!- gritó mi hermana en francés desde la cocina, esa mujer se la vivía en la cocina. (nunca hablábamos en un solo idioma, así de raros éramos)

-Hola Melo, pasa.
Mierda.

Me olvidé por completo de que había invitado a Melo, la cual justamente debía de llegar en el momento en el que lucía de la manera más ridícula. Pasó lentamente mientras le entregaba su chaqueta a mi hermana que gentilmente se había ofrecido para guardarla (cabe mencionar que mis padres se habían ido de viaje a disfrutar de la playa, dejándonos completamente desamparados la mañana de Navidad en el triste y frío clima de Lyon).

Bueno, quizás exageré un poco.

Fue cuestión de segundos para que Melo se percatara de mi atuendo tan bello. Lo único que pudo hacer fue reírse como loca mientras que yo la miraba con la peor cara que pudiese hacer.

-Sí hola.- dije fingiendo enojo.

-Hola nena, ¿Qué te ha traído papá Noel?- preguntó aún riendo.

-Gilipollas.- susurré mientras la fulminaba con la mirada.

-¡Camilaaaa! ¡No malas palabras frente al niño! -escuché como mi hermana gritaba desde lejos. Suspiré.

-Vale, perdón.- se acercó a mí y me saludó con un beso en la mejilla.

-Perdonada.- le devolví el beso, sonreí, después tomé su lindo gorro que me había gustado, me miró bastante sorprendida, sonreí una vez más y corrí hacia mi habitación.-Voy a cambiarme.- grité.



-¿No me devolverás el gorro cierto?- pregunté cuando vi a Camila salir de la que supuse sería su habitación, vestida con un suéter de lana color mostaza, unos jeans negros rasgados por la rodilla (por donde se podía observar su pantalón térmico del mismo color, lo cual me parecía tremendamente tierno) y por supuesto mi gorro azul.

-No.- sonrió.

-¿Y cómo piensas que regrese a la casa de mi hermana con este frío y sin gorro?

-Te daré una bolsa.

-Eres una idiota ¿lo sabías?- la miré, realmente no me molestaba dejarle el gorro, se veía hermosa con él, pero me gustaba jugar así con ella, era bastante divertido.

-No malas palabras frente al niño.- se acercó un poco más a mi, colocó su dedo índice sobre mi boca para "callarme", se puso de puntillas y besó mi mejilla.

Sonreí.

Pasé toda la tarde en casa de Camila junto con su hermana y su sobrino, con el cual me puse a armar legos lo cual le pareció súper interesante a Camila puesto que se puso a tomarnos unas quinientas mil fotos.

Me encontraba sentada en el suelo sobre ese típico tapete de goma que ponen para los niños, con unas cuantas mantas y un Tyler dormido sobre mi mientras Camila y yo hablábamos de cualquier tontería. Ciertamente no ponía atención porque cada vez me perdía más en esos ojos azules tan bellos.

-Le agradaste mucho.- señaló a Tyler con la cabeza.

-¿Tú crees eso?- quizás solo se durmió encima de mí porque ya tenía mucho sueño.

Es muy poco sociable y contigo se comportó como si se conocieran de toda la vida.

-El también me agradó mucho.- era verdad, ese niño me robó el corazón, y jamás un niño que no fuese mi sobrino me había agradado tanto.- Es como tú.

-Por eso es que te agradó tanto, porque se parece a mí tanto físicamente como en cuestión de carácter, y yo soy perfecta.- sacudió su cabello de una forma muy graciosa.

-Y yo soy la egocéntricaaaa.

-Sí tú lo eres.- arrugó la nariz lo cual hizo que sus ojos se achinaran un poco.

Y ese mínimo gesto hizo que todo se moviera dentro de mi

¿Recuerdan esa sensación de mariposas en el estomago? Esa que sientes cuando eres adolescente y te "enamoras" por primera vez.

Así me sentía justo ahora.

Con la mano que tenía libre acaricié lentamente su barbilla, coloqué un pequeño mechón de cabello detrás de su oreja, ella solo me miraba fijamente, me recordaba a un pequeño ciervo con esos grandes ojos atentos y esa pequeña nariz que se encontraba levemente roja por el frío a pesar de que la chimenea estaba encendida.

-Eres muy hermosa.- susurré.

Me acerqué lentamente a ella, tomándome el tiempo suficiente para aspirar su dulce aroma el cual me parecía una mezcla de vainilla y talco de bebé; besé su mejilla derecha, repetí la misma acción  en su mejilla izquierda y justo cuando estaba a punto de besarla en los labios se escuchó la puerta de la casa y un grito.

-Ya llegué.- me separé rápidamente de ella.

-Mierda.-susurró y yo simplemente reí.

-Ya será después.- susurré a su oído y besé su mejilla justo después su hermana entró.

Holi 🤘🏻 sé que dije ayer que subiría dos seguidos pero me quedé dormida y bueno... Espero que les guste esto, me pasa que siento que a nadie le gusta lo que escribo, no sé, soy rara jaja en fin, gracias por leerme ❤️

And I Found You (Yellow Mellow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora