Capitulo 22

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Alfonso abrió sigilosamente sus labios, dejando entrar el acoger aliento de Anahi en su boca. Los apretó, y Anahi hizo lo mismo, mientras acurrucaba más sus brazos sobre los hombros de Alfonso.

-      Sabía que serías tú quién no cumpliría el trato... - susurró él, con una bonita sonrisa entre sus labios.

-      Tenía ganas de besarte. – admitió ella. A Alfonso le dio un ligero regocijo en el corazón. En ese momento ninguno de los dos sentía la necesidad de tener sexo o algo parecido. Más bien, esas ganas habían desaparecido. Lo único que él deseaba en ese momento era sentir sus bonitos labios besar los suyos. - ¿puedo... - ella se acercó de nuevo.

-      Sabes que sí. – le afirmó él, apretándole la nuca para que ella pudiera besarlo más intensamente. Se separó unos segundos. – puedes besarme las beses que quieras...
Anahi se rio, una risa pequeña, de felicidad, de simple ternura... rayos...ese momento parecía de dos típicos enamorados, algo que ellos dos... ¿no eran?

-      Metámonos juntos. – le dijo él. Y le volvió a sonreír, Anahi sintió que veía la sonrisa más linda del mundo. Sí, siempre la había tenido, pero era ahora donde empezaba a notarlo.

-      Pero hace frío... - ahora fue Anahi quien rozó suavemente sus labios sobre los de Alfonso, sin llegar a besarlos.

-      Claro que no. – le dijo él, y ligeramente caminó hasta la ducha abierta, con Anahi delante de él. Ella trato de resistirse, pero eso solo hizo que Alfonso ahora la cargara de la cintura para meterse al agua con ella.

Anahi entre abrió los labios. Rayos! el agua estaba heladísima, que lo sentía hasta en los huesos. Él también sintió un remezón en todo su cuerpo por el frío, pero lo resistió para que Anahi no lo notara. De pronto el agua caía sobre los dos, a pesar de que esta estuviera fría... había un calor ligero entre los dos, que los mantenía unidos, que hacía que ese momento fuera realmente increíble. Alfonso  bajó la mirada, las gotas de agua caían con fuerza sobre el cuerpo de Anahi, por lo que podía ver borrosamente sus manos en medio del agua. Intentó palmarlas. Acariciando su brazo, Anahi sintió un cosquilleo en el estómago, Alfonso estaba buscando sus manos, y cuando por fin las encontró, las enlazó con las suyas.

-      Ya no hace tanto frío. – le dijo, mientras sus dedos se tocaban. Anahi negó con la cabeza ante su comentario. – al menos para mí no...

-      Para mí tampoco...

-      Excelente... - susurró él, sonriéndole, y entonces Anahi también lo hizo. Le sonrió. Mientras sus manos se tocaban y se entrelazaban bajo el calor de sus cuerpos. No dependía de ninguno de los dos lo que pasara luego... el momento...era perfecto.

La besó. Los labios de Anahi  estaban helados, aún no se podía creer como había soportado tanto tiempo bajo el agua más helada del mundo. Entreabrió los labios, Alfonso introdujo su lengua, tibia y acogedora en su boca. Por fin sentía un poco de calor. Poco a poco los dos fueron alejándose del agua, y de lo fría que era esta, mientras ninguno se atrevía a dejar de besar al otro. Ya no había explicación para lo que pasaba en ese momento. Cualquier otro que estuviera viendo esto... pensaría y afirmaría que no se trataba solamente de el simple criminal y su secuestrada... si no... de una relación mucho más fuerte que aquella.

|| Secuestrada || {Anahi y Poncho} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora