F r i e n d s; EdNaiko.

¿Qué pasó?

Últimamente, el Naiko anda distanciado conmigo.

No sé qué chucha le pasó ahora, con lo bipolar que es este weon, quizás se enojó por la wea del Manuel.

No habla conmigo, cuando viene a mi casa, no me deja abrazarlo, niuna wea.

Anda súper esquivo conmigo.

Me duele la wea po, si lo amo.

Y lo peor de todo es que no me da razones de su "enojo"

Enano culiao, es tan raro.

Traté de pedirle ayuda al Nico, porque es el único que entiende mejor al Naiko, entre Nicos se entienden.

El Nico empezó a hablar con el Naiko. Le preguntaba weas, pero no le respondía nada.

Se quedaba callao.

Me dio cuco.

Por un momento pensé que gg la relación, pero ni eso.

Así que decidí hablar yo con el Naiko. Y aproveché justito el día en el que íbamos a salir.

—¿Estai enojao?

Me miró medio sorprendido.

—No tendría por qué.

—Entonces, ¿Por qué andai así conmigo? Me ignorai... —Le dije.

Tomó bebida, se hizo el weon un rato...

O tal vez media hora...

—Estoy confundido.

Lo miré. ¿Qué chucha?

—¿Y de qué?

—De todo esto.

Me dio miedito esa wea. No wei po Naiko. Ya llevamos harto juntos.

—¿Ya no me queri?

—Edgar, te quiero caleta, aweonao. —Se rió. —Pero no sé. La gente me tira mierda, muchas minas unicornias me andan amenazando porque se quieren casar contigo.—Se rió de nuevo. —Pero, hace unos días atrás, no han sido solo las minas unicornias y las demás personas... —Volvió a tomar bebida.

—¿Y quién ha sido? —Le pregunté con interés.

—El Yelo.

MONO CULIAO. QUIZÁS QUE WEA LE DIJO A MI NAIKO.

Lo abracé.

—No pesquí a ese weon amor.

—¿Todavía lo querí?

Se apoyó en mis peshos, y se quedó ahí.

No le respondí nada, porque no sabía que wea responderle.

—... ¿Edgar?

—Naiko, esa relación murió hace mucho. Yo no quiero a ese weon. Me manipuló demasiado, y de verdad, aunque me pagen con toda la plata del mundo, volvería con ese weon.

Lo miré, y estaba llorando.

Puta la wea.

—Nico...

—Naiko. —Me corrijió.

—No, Nico. Yo te quiero mucho. Tu sabí lo mucho que te quiero, y esa wea de que todavía hablo o veo al Yelo es mentira. Son las mentiras inocentes de las niñas que me shippeaban con el Manuel. Tú, junto con el Jaime y el Nico saben la wea que me hizo el Yelo, y ese par de weones están convencidos de que no lo quiero ver ni en pintura. —Le dije, y le limpié las lágrimas.

—Edgar te amo weon, te amo mucho.

Y se puso a llorar raja.

Le di un besito en la frente.

—Relájate oh, si yo te amo más.

Me miró y me dio un beso.

—Prometeme que no vai a creer en esas weas, ni que le vai a creer al Yelo.

—Te lo prometo.

Yelo culiao, si te veo, te saco la re chucha.