Desperté con un dolor de cabeza horrible, debería dejar de tomar como una maldita condenada, me estiré y di media vuelta, chocando con un cuerpo musculoso, otro desconocido en mi cama. Me levanté, apreciando mi cuerpo desnudo frente al espejo, un moretón pequeño decoraba mi nalga derecha, ¿qué tanto habremos hecho?, lo toqué, no me dolía, no era nada grave. Me dirigí al baño y me di una ducha, sequé mi cuerpo y caminé hacia mi cuarto, el chico todavía dormía, su espalda ancha tenía finas líneas, lo más probable que hayan sido provocadas por mis uñas, me vestí con algo para andar por casa, miré la hora, diez de la mañana, lo dejaré dormir un rato más antes de echarlo a patadas de mi pequeño apartamento.
Tomé una pastilla y me hice desayuno, seguía sin acordarme de mucho, y realmente no importaba, no podía arrepentirme de nada. El resto del tiempo estuve leyendo a Green, amaba bajo la misma estrella.
-Hola muñeca-. La voz del tipo me sacó de la mejor parte, lo vi, estaba vestido y duchado.
-Hola-. Contesté cortante.- Si quieres comer hay cosas en el frigorífico, pero no tardes demasiado, tengo que irme a trabajar luego-. Mentí.
-Claro, me voy ahora en realidad-. Contestó encogiéndose de hombros.
-Genial-. Dije abriéndole la puerta.- Esto no se volverá a repetir, así que... Adiós.
Él asintió con la cabeza y se marchó, dejándome sola.
ESTÁS LEYENDO
Historias in/completas de una mente intranquila
NouvellesEste es un espacio donde escribiré cosas que pasan por mi mente y que necesitan ser leídas.