Los genios por sí mismos no poseían la habilidad de cambiar el destino de ningún mortal, este poder debía surgir de la necesidad imperiosa del humano, siendo el ente solo el instrumento que convertía esa suplica en magia. Baek era poseedor de un anhelo genuino e inmenso pero, ¿en realidad fue tan grande como para que pudiera crear toda una existencia?
ChanYeol trabajaba como consultor estudiantil en un colegio estatal, profesión en la encajaba a la perfección, ya que guiar a jóvenes a decidir su futuro no se alejaba en esencia de su oficio anterior. Y siguiendo la misma metodología de cuando era un ser inmortal, les mostraba escenarios en los se encontrarían al tomar una u otra decisión, dejaba al libre albedrío del chico optar por la mejor elección. Se creía ajeno a cualquier sentimiento humano, verdadera o no aquella afirmación, trataba cada caso con total objetividad.
Tenía toda una vida de recuerdos sin poder sentirse identificado con ninguno, como si se tratase de una película con alguien idéntico a él de protagonista.
Chan podía compararse con un cascarón vacío y no había momento en que no se preguntara por qué a todos sus allegados les parecía normal la actitud de robot que asumía y lo que carcomía sus pensamientos era desconocer la razón de que su pequeño novio se mantuviera a su lado pese a ello.
Sentado frente al escritorio, en su estrecha oficina, pasaba el tiempo recorriendo con la mirada las fotos que la decoraban. En una de ellas se encontraba abrazado a una pareja mayor, se veía sonriente a lado de ambos. Quizás tomó prestado el cuerpo de alguien más ¿y si se la arrebató a esa persona al conceder aquel deseo? En ese caso el precio que debía pagar Baek le parecía absurdo. –No es justo...- pronunció apenas debido a un extraño nudo en la garganta que lo incomodaba al punto de cerrar su puño con fuerza.
-¿Preocupado... o, molesto quizás?
ChanYeol levantó la mirada tan pronto escuchó la voz de JongDae, desanimándose casi de inmediato al no verlo. En cambio solo divisó a un gato de pelaje dorado con finas rayas en el marco de la ventana, este tenía sus verdes orbes clavados en el más alto, era de esperarse la sorpresa que se llevó al escuchar al felino nombrarlo.
-El susto también es una emoción humana frecuente, estás aprendiendo Channie.
Casi podía jurar que el gato le sonreía. Atónito por el sobrenatural suceso, le tomó unos minutos reconocer la voz del animalito. – ¿Jong... Dae?
-¡Oh! Punto para el orejón caballero ex genio... – exclamó el felino –...que no te espante, por lo regular los genios no podemos caminar por el mundo humano a menos que estemos frente a un beneficiario. En mi caso es posible, pero para hacerlo debo adoptar esta sensual forma.
-¿Qué haces aquí?- preguntó el más alto mientras el minino se adentraba en el lugar.
-No podía quedarme de brazos cruzados viéndote tan a la deriva mi querido yoda, tal vez pueda disipar alguna de las dudas que corroen tu casi humana cabeza.
-¿Quién eres en verdad?- Yeol aun recordaba la manera en la que interfirió en su entrevista con el rubio robándole, según él, a su primer y único beneficiario.
-Quizás encuentres más interesante el descubrir quién eres tú, ahora- corrigió mientras movía su mullida cola de un lado a otro.
-¿Quién soy ahora?
-Esa es la pregunta correcta...- el minino subió de un salto al escritorio señalando aquella foto que el más alto contemplaba con anterioridad. –...se ven muy felices ¿cierto? En esta vida, eran tus padres, seguro recuerdas todo lo que compartiste con ellos.
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Deseos Peligrosos
Fanfiction¿Alguna vez pensaste como seria tu vida de haber cambiado un solo hecho en tu pasado? ¿Te imaginas como una palabra o el simple hecho de decidirse por hacer algo 5 minutos antes o después podría marcar una gran diferencia en el trascurso de los acon...