Cuando el cielo dejó de mostrarse iluminado con los destellos multicolores y no quedó más que las estrellas para adornarlo, quedaron sumidos en un ameno silencio y, luego de que la última lágrima cayera fue que decidieron que era momento de volver a casa.
Esa noche en la intimidad del hogar que compartían, Baek tenía un último deseo por cumplir, uno que el más alto supo conceder sin necesidad de que el más bajo lo expresara con palabras.
ChanYeol se encontraba sentado en el borde de la cama, contemplaba con detenimiento a su adorado novio desvestirse. Observarlo despertaba en él sensaciones tan nuevas y desconocidas que le resultaba imposible definirlas, una corriente recorría su espina dorsal, produciendo estragos en los latidos de su corazón.
El mayor ya se privó de sus prendas al momento en que Baek se sentó a horcajadas en su regazo, con las piernas flexionadas a casa lado de las suyas, rodeó con los delgados brazos el cuello ajeno y se acercó lentamente cerrando los ojos hasta que sus labios se rozaron, primero fue un beso lento que solo iba tentando hasta donde podrían avanzar, poco a poco la intensidad y urgencia del mismo aumentó y sus lenguas se unieron en un beso necesitado como nunca se habían dado.
Chan, jamás concibió que desearía tanto que la persona de cuya ceñida cintura se sostenía, se deleitaba probando la lechosa piel del cuello, aspirando su aroma, acariciando los flancos de su novio, que se estremecía con su toque, ¿cuándo fue que ese frágil humano se volvió indispensable en su vida?.
Baek se llevó dos dedos a la boca mientras movía las caderas contra la pelvis del más alto provocando aquel roce exquisito entre sus miembros, tan nuevo y placentero. Sentía como todo el calor se concentraba en su parte baja mientras el menor retiraba los dedos de la boca, para luego llevarlos a su entrada.
ChanYeol se inclinó hacia adelante y con la timidez propia de la inexperiencia limpió los restos de saliva de las comisuras del más bajo, que exhalaba quedos suspiros mientras se autopenetraba con un dígito para luego retomar el contacto de sus labios.
Oyó el siseo que abandonó los labios del más bajo al añadir otro dedo a su interior, no sabía cómo seguir, aunque la necesidad imperiosa de recorrer todo el menudo cuerpo con los labios se hacía más intenso en él. Se dirigió a uno de los botones rosa del más bajo comenzó acariciándolos, para después succionarlo.
Su novio con los ojos cerrados dejaba que el placer inundara cada poro, anhelaba pertenecer por completo al hombre en cuyos brazos se encontraba.
ChanYeol casi dejó de respirar al momento de sentir su miembro ser aprisionado por las cálidas y húmedas paredes de su pequeño novio que se quedó inmóvil, tomándose su tiempo para adaptarse. Baek comenzó a moverse lentamente, marcando el ritmo de los envistes.
Con el corazón latiendo a mil por hora, ChanYeol jadeaba y se abrazaba aún más al cuerpo del rubio sin detener el vaivén instintivo que a pesar de la inexperiencia de ambos e incluso de la torpeza les estaba entregando un placer inconmensurable.
Una primera vez que jamás olvidarían.
Con ese último anhelo en la mente, el alma de ChanYeol tembló al recordar el deseo del más bajo, y no pudo evitar la necesidad de fundir sus cuerpos en uno solo, un repentino temor a que el destino y el deseo más profundo de Baek fueran a jugarles una mala pasada.
-Ah... Channie...- escuchó la temblorosa voz del más bajo contra el oído, mientras intercambiaban posiciones quedando el mayor sobre el delicado cuerpo. -Quiero sentirte más antes de que sea tarde...
Con un nudo en la garganta, aumentó la profundidad con cada embestida, mientras repetía en susurros palabras llenas de amor contra esos labios, esos delicados y apetecibles labios, no pudo resistirse a otro beso más, uno lleno de profundo sentimiento que hizo que ambos se estremecieran.
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Deseos Peligrosos
Fanfiction¿Alguna vez pensaste como seria tu vida de haber cambiado un solo hecho en tu pasado? ¿Te imaginas como una palabra o el simple hecho de decidirse por hacer algo 5 minutos antes o después podría marcar una gran diferencia en el trascurso de los acon...