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-Alex, voy a salir con mis amigas, volveré en un rato.-Avisó su abuela desde el otro lado del ventanal.

-Está bien, yo me quedo a estudiar, mañana tengo exámen.-Respondió el chico sentado en un sillón en el porche.

Pasaron varias horas, el joven no despegaba la vista de la pantalla de su ordenador portátil, al día siguiente tenía exámen de lengua extranjera, japonés, debía traducir los nombres de varios objetos, animales, y otras cosas más.

-De acuerdo, según lo que tengo entendido, kawaii es adorable.- murmuró para si mismo mientras traducía la oración.-Ahora, ¿qué se supone que es Neko?- dijo escribiendo en el traductor, pero da la casualidad que justo al momento que iba a presionar la tecla "enter"... Se fue la luz. -¡Maldita sea! ¿¡Tenía que ser ahora!?- bufó molesto.

Suspiró pesadamente y se levantó de la silla para luego observar la hermosa Luna llena que había en el cielo nocturno junto a su brillante manto de estrellas, ¿cuando se hizo de noche? No se había dado cuenta.
Mientras caminaba hacia la pequeña barandilla de madera del porche que daba al patio trasero, justo donde un rayo azulado de luz de Luna iluminaba, trataba de recordar todas las traducciones de japonés que había hecho...

-¿Qué querrá decir Neko? Creo que lo escuché antes, pero... ¿dónde?-. Trataba de recordar. -Neko... Neko... Neko...

Y quizá, sólo quizá, si no hubiese querido sufrir un ataque cardíaco, no tuvo que pronunciar esas palabras...

"Nya..." "Meow..."

Se quedó estático al escuchar ese escalofriante sonido, ¿Qué fue eso? Eso no sonaba como un gato... o quizás fue un gato agonizando...

Pero, para su sorpresa, no era ninguna de las dos...

Desde la penumbra que se ubicaba en medio de los arbustos del patio, logró distinguir una delgada y pequeña figura, frunció el ceño y enfocó un poco más su visión hacia el lugar , logrando distinguir dos destellos de color verde que hubiera deseado que fueran luciérnagas...
La silueta seguía avanzando y Alex no podía moverse ni dejar de mirar los destellos verdes que brillaban aún más cada vez que se acercaba.

Y en cuanto la figura estuvo lo suficientemente cerca, de un salto subió hacia donde se encontraba el chico, quedando así enfrentados.

-Hola, AMO...

Fue entonces cuando volvió la electricidad y todas las luces se encendieron, logrando revelar la identidad de la silueta que había visto antes... Era un chico, con apariencia de niño, no traía nada de ropa excepto un collar negro con una placa plateada, grandes ojos rasgados, verdes y brillantes, cabello negro azabache, unas orejas de gato y... ¿cola?
Inmediatamente levantó la vista, lo volvió a repasar con la mirada y  retrocedió un poco hasta llegar a la mesa donde se encontraban todos sus apuntes.

-¿Amo?-. Lo volvió a llamar el pequeño chico.

Alex soltó un fuerte grito de terror y recién pudiendo reaccionar, tomó uno de sus cuadernos y se lo arrojó al chico, seguido por un libro y un estuche.

-¡Espera! Amo, ¡no me hagas daño, por favor!-. Rogó el pequeño.

-¿T-tu quién eres? ¿Siquiera qué eres? ¿por qué no traes ropa?-. Preguntó aún sorprendido, su corazón golpeando fuertemente en su pecho.

-Tú me invocaste, ahora eres mi amo... Yo soy un Neko, mi obligación es obedecerte y cumplir todas tus órdenes...

-Eso no me ayuda mucho, ni siquiera se que quiere decir Neko... de hecho, estaba en... eso...- corrió hasta el ordenador y tecleó rápidamente en el traductor. Neko, es gato...

Eso tenía sentido, Neko era gato, pero... ¿por qué ese chico que parecía gato decía que él era su amo?

-¡Alex, cariño ya llegué!-. Gritó su abuela desde la entrada.
No sabiendo cómo actuar, rápidamente tomó al pequeño como un saco de papas, entró a la casa, corrió por el pasillo y se encerró en su cuarto con él.

Boku No NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora