Capítulo 2. Ojos que no ven

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El rubio abrió lentamente los ojos, estos se encontraron fijamente en el techo de la enfermería, sin embargo se negó a bajar la mirada hacia donde se suponía estaba la pelirroja pues ya no sentía su calor.

Él sabía que ella al final se marchó, no era necesariamente verlo y aun así... Se sintió inmensamente feliz porque al menos paso parte de la noche a su lado.

Después de beber una asquerosa poción que la señorita Pomfrey le había servido, fue dado de alta y así se dirigió al gran comedor justo en el almuerzo, algunos le felicitaron por salvar a la Wesley, otros le tacharon de hipócrita puesto que muchas veces en su pasado, mencionó que esa familia le daba asco y debería de desaparecer. Cosas que uno dice cuando es inmaduro.

- Draco, siéntate con nosotros - hablo un voz varonil que venía de un azabache de gafas, el rubio sonrió y se acercó cruzando una pierna tras otra en los bancos para sentarse.

- No me agradabas, pero has salvado a mi hermana, considérame un amigo para lo que desees - hablo el despistado Ron el cual le dio una palmada en la espalda como felicitación.

Draco sonrió amable y sonrojándose un poco, al final, nunca le habían halagado por algo bueno. Con sus ojos grisáceos diviso la figura femenina por quien salió herido, esta se acercó a ellos y se sentó junto a su novio dándole a este un beso en la mejilla.

- Lo siento, me quede dormida, perdí las primeras clases - su voz sonaba tan tranquila como siempre pero sus ojos apenas miraron al rubio - Gracias por salvarme Malfoy, no había podido agradecerte.

El hecho de que ella ocultara que se vieron aquella noche causo que el estómago del rubio se revolviera, se sentía como un traidor, pues si ella lo ocultan era por algo. - No hay nada que agradecer, lo hubiera hecho por cualquiera - resto importancia con una mano y así coger del banquete para empezar a comer conforme sus pláticas iban tranquilas, algunas eran de tarea, y otros veces se desviaban a comentar y hacer bromas sobre la hazaña de Draco.

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El tiempo en la escuela pasó, por fin acababa el año, por fin se podrían graduar como era debido, y la escuela había organizado una fiesta de graduación como la que se hacía anualmente para el torneo de los tres magos.

Él se vistió de gala y sin que darle otro remedio, invito a Pansy, quien ya aceptando que Draco no sería su amigo como lo fue en años anteriores, lo acepto como un conocido, ambos tenían un buen pasado juntos después de todo, y siempre había querido ser la cita de aquel chico tan rudo, aunque ella ya se había dado cuenta de que él nunca la vería.

Llego a la recepción con ella, había muchas parejas regadas por todo el bello salón, los hombres vestidos de gala, las mujeres con los vestidos más hermosos que seguro encontraron en la tienda. Algo que le sorprendió y le hizo recordar viejos tiempos fue ver a Ron con un traje ridículo y Hermione causando envidias, no podía dejar de pensar en cómo le dio un vuelco el corazón aquella vez, Hermione había sido su amor platónico de más joven, y ahora la veía formando una hermosa pareja dispareja con el Weasley.

Todo estaba bien hasta que vio llegar a Harry y Ginny, el elegante y ella luciendo esa belleza e inocencia que la caracterizaba, se sintió como aquella ocasión en cuarto grado, pero ahora era diferente, porque Ginny no solo le gustaba, había demostrado que daría la vida por ella.

La noche transcurría, el bailaba con Pansy pero de un momento a otro ella empezó a sentirse mal y tuvo que irse a su dormitorio, quedándose solo se sentó en una de las tantas mesas a beber algo de champagne, estaba feliz, satisfecho y orgulloso de concluir aquel ciclo, de salir bien librado de ello, y por fin seguir el camino que quería y no el que le imponían.

Entonces cuando se iba a retirar llego la pelirroja mostrando un aspecto triste. - ¿Has visto a Harry?... - preguntó ella sentándose a un lado de él mientras se servía una copa y la bebía de golpe, sus ojos estaban llorosos, parecía haber peleado con el azabache.

- No... ¿Te ha dejado sola? - interrogo sentándose bien y quitándose el saco para ponerlo sobre los hombros de ella pues había frío, él se quedó solo con la camisa blanca y el chaleco. - Si, estaba hablando con George... Y la cosa es que Luna tampoco está aquí, Neville dijo que fue a ver esas cosas extrañas que ella ve - comento sirviéndose otra copa y con un verdadero tono lleno de celos. - ¿Lovegood?... ¿Son muy amigos no? - el por lo consiguiente miraba con preocupación a la pelirroja, nunca la había visto de aquella manera - Si... Muy "amigos" - golpeo la mesa con una mano y suspiro pesadamente - ¡No!... No puedo pensar mal... Harry no me engañaría ¿verdad? - hablo enseguida tranquilizándose un poco, el rubio por lo consiguiente le sirvió un poco más del champagne, su intención no era embriagarla, pero ella parecía estar necesitándolo.

- No, él no lo haría, él te quiere de verdad - respondió enseguida sonriéndole - Iré a buscarlo para que estés tranquila. - sin más el rubio se levantó y empezó a caminar por los pasillos del castillo que estaban alrededor del salón, pero justo antes de doblar a una esquina pudo escuchar voces realmente reconocibles.

"- Es la última noche que nos veremos Harry... Aún recuerdo esa tarde bajo el muérdago - hablo una vez femenina como en susurros.

- Lo sé, pero eso fue hace mucho ti... - la voz masculina se calló al momento, el rubio no sabía que había sido, pero luego una risa de nuevo femenina se escuchó.

- No seas tonto... Si no fuera por esa estúpida Weasley, seguirías conmigo - y de nuevo justo cuando la voz masculina iba a hablar fue callada de improviso, el rubio no sabía que era, pero apenas se escuchó unos suspiros y un ligero golpe - Ha...rry... Que...date esta noche... En mi cuarto - repitió esa voz fémina pero temblorosa. "

El rubio no pudo seguir escuchando, sabía quién era el chico, estaba seguro por que aquella lo nombró, pero tenía dudas sobre quien era la chica.

Al volver al salón vio a Neville y Luna bailando, ella estaba descartada, se acercó a la pelirroja y sin tener el valor de contarle sobre lo que escucho solo se aproximó a ella - No lo he encontrado... ¿Quieres bailar? - pregunto mientras extendía su pálida mano a la pecosa.

- Maldito Harry... - exclamó con mucho enojo, entonces se levantó de golpe de la mesa - Lo siento Malfoy, me siento mareada, iré a mi dormitorio - sin más camino con algunos traspiés y empezó a dirigirse por el pasillo por el cual vino el rubio, este la siguió apurado, no estaba seguro de lo que oyó pero tomando en cuenta la peor de las escenas no quería que ella lo oyera o viera.

- ¡Ginny!, Espera - dijo pero esta acelero su paso como si sospechara de lo que pasaba.


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Solo un extraño [Drinny/Hanny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora