Capítulo 8. No corras más

301 20 2
                                    


Capítulo 8. No corras más

Desde aquel día, Draco no volvió a llamar ni buscar a nadie, solo se enfocaba a su trabajo, tratando de sobrellevar aquel dolor que cada vez le atormentaba más. Caminaba por los pasillos de laboratorio, llevando las clásicas camisas blancas, corbata negra que hacía juego con sus pantalones y sus zapatos negros, además de aquella bata blanca que le hacía resaltar aquella masculinidad que siempre le caracterizaba. Algunas veces su amiga Pansy iba a visitarle, pero casi no prestaba atención, comúnmente cuando ella llegaba, se la pasaba mirando el microscopio, sacando análisis o preparando algunas bacterias para su examinación, no quería que las cosas entre él y ella siguieran uniéndose, ella no era la mujer que quería para su vida, la mujer que quería estaba en brazos de aquel que un día fue su enemigo, amigo y hasta cómplice de algunas cosas en la guerra mágica.

Tras terminar aquel turno, guardó su reciente investigación, además de tomar algunas notas sobre cómo iba evolucionando esta. Acomodó todo, dejó su bata en el perchero para tomar su saco negro, siempre iba elegante a todos lados, una vieja costumbre que dejo su padre en él.

Salió del centro de investigación para ir directo a su auto, una vez dentro, empezó a conducir con tranquilidad, para ir rumbo a su departamento, no tenía ni siquiera ganas de ir a por la cena, ya bebería un vaso de leche, o cereal, cosa que abundaba en su casa. Llegó al estacionamiento del edificio donde vivía y entonces su móvil empezó a sonar, lo sacó de su bolsillo, pero tras ver la pantalla su cara se entristeció, tragó pesado mientras apretaba un poco su móvil entre su mano, sabía que si contestaba todo iba a perder el orden que ahora llevaba, pero tampoco podía negar que deseaba escuchar aquella voz, deslizó su dedo por aquella pantalla y colocó la bocina sobre su oído.

- Ginny... ¿Qué deseas? – preguntó con su voz tan varonil y firme, aunque realmente estaba torturándose así mismo, cual masoquista quien busca satisfacer ese gusto extraño.

- ¿Estas ocupado? – Se escuchaba un tono más melancólico en la voz de aquella pelirroja, por alguna razón, cuando estaba de esa forma, la primera persona que venía su mente era Draco.

- No, ¿quieres que vaya por ti? – era evidente que no necesitaba explicaciones, con solo escucharla ya se daba la idea.

- Estoy... estoy en el parque central, en la entrada principal

- Voy por ti – sin más colgó, guardó su móvil, y emprendió camino hacía aquella mujer que seguro estaba echa un mar de llanto, ya acostumbraba a verla más llorando que verla sonriendo, pero no le importaba, si ella estaba mal, él se encararía de cambiar esas lagrimas por una sonrisa, él iba a ser su hombro, ese que siempre hará cualquier cosa antes de que ella llore.

Unos minutos más tarde llegó al parque, avanzó el auto hasta donde la vería, pero cuando sus ojos grises la divisaron enseguida se detuvo, aun le faltaban unos metros para llegar pero al parecer ella no lo había notado aun, este suspiró profundamente, no lloraba, eso era un milagro, pero se notaba que había estado llorando por sus facciones rojas, le gustaba mucho mirarla, en ese momento se veía muy hermosa, con una blusa blanca de cuello de tortuga sin mangas, una falda gris no muy corta, solo a unos centímetros sobre la rodilla, un pequeño bolso que colgaba desde su hombro hasta la altura de su cadera, y unos zapatos de plataforma que le daban un realce a su delgado cuerpo.

Draco sentía que su corazón iba salirse, cada vez era más difícil controlar sus sentimientos por ella, pero debía mantenerse firme, porque ella no tenía conocimiento de esto.

Cuando por fin se relajó, tocó el claxon para llamar la atención de la pelirroja, la cual reconoció el auto al verlo y rápidamente se acercó para montarse en este.

Solo un extraño [Drinny/Hanny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora