Capítulo 3. Siempre él

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– ¡Ginny! ¡Espera! - dijo pero esta acelero su paso como si sospechara de lo que pasaba.

Ella no se detuvo, ella siguió corriendo, sus tacones se escuchaban en un profundo eco por aquel pasillo y entonces al doblar por aquella esquina el rubio la cogió de los hombros y ambos se toparon con una escena bastante inesperada. Ahí se encontraba Harry acompañado de quien hacia algunos años fue su novia, Cho Chang. La pelirroja se quedó estática al ver como estos estaban frente a frente y aquella pelinegra tenía sus manos sobre el rostro de su novio.

– ¿Qué está pasando?... ¿Has estado todo este tiempo con ella?... ¿Por qué esta ella aquí si ya se graduó?... - pregunto la Weasley a su novio que se giró rápidamente a ella mostrando una tés más pálida que cuando se enfrentó al mismo señor tenebroso. La pelirroja tenía los ojos llorosos, sin comprender por qué le dolía aquello si no había visto nada extraño, pero ya saben lo que dicen "Donde hubo fuego, cenizas quedan".

El rubio incomodo intento tirar de la pelirroja para marcharse pero esta se puso tiesa y se plantó en su lugar, entonces la soltó y llevo sus ojos a los del elegido el cual no sabía que decir.

– No mal pienses Ginny, he encontrado a Harry aquí tirado... Creo se desmayó... Y lo estaba revisando... además no creas que he venido por él, tengo más amigos en Ravenclaw que se gradúan, solo vine a felicitarlos y ayudar a McGonagall con algunos preparativos - Hablo aquella chica tan conocida por salir con el elegido y el tan hablado Cedric, sonrió segura de sí misma, como si la mentira fuera parte de ella, miro a Harry de nuevo, palmeándole en el hombro para que saliera de aquel shock.

– Ah... Si... No sé qué paso, todo se hizo negro - Hablo tartamudeando mostrando su inutilidad a la hora de mentir y más por aquella mirada del rubio que parecía que iba a matarle por hablar de aquella forma.

– ¿Qué?... Harry... ¿Qué sucede?, ¿Te duele algo? - la pelirroja aparto a la de rasgos asiáticos para poder acercarse a tocarle la frente a su novio con ambas manos buscando sentir su temperatura, quizás en ese momento no se daba cuenta de lo sospechoso que parecía todo, y no porque fuera tonta, si no por que amaba tanto a Harry que... se negaba a dudar de él.

– Ah... Me retiro al baile - La otra enseguida se apartó para irse con apuro, no quería que se les descubriera aquella terrible acción, así que era mejor huir de aquella escena.

– Estoy bien... Solo me... Me... Empezó a doler la cicatriz - invento de forma estúpida pues no había razón para que aquella marca en su frente doliera aun, y esas palabras podían entrometer a los de pasado dudoso, como el que estaba ahí haciendo mal tercio.

– ¿La cicatriz?... Pero... Si... - los ojos de la pelirroja se abrieron conforme una idea iba creciendo en su mente, entonces se dio vuelta hacia el rubio al cual miro con decepción y casi un odio descomunal, con fuerza le hizo girar el rostro de una bofetada que le dejo la marca roja al mismo rubio, el azabache se quedó impactado ante aquel acto tan absurdo y fuera de lugar.

– ¿Porque me golpeas? - interrogo Malfoy con la mano en la mejilla que aquella chica golpeo, se notaba tan confuso pero en aquel rostro ella parecía llevar una total consciencia de lo que hacía, se notaba fría, pero miedosa de que le fueran a quitar a lo que por tantos años cuido, no quería que nadie le hicieran daño a Harry y quizás sus razones eran absurdas pero creía ciegamente en su novio, no tendría dudas aunque fuera tonto.

– ¡No te hagas estúpido! - le grito enojada empujándolo con fuerza, ambos chicos se notaban confundidos pero ella no lo estaba - ¿Por eso me salvaste?... ¿Por eso te hacías amigo de Harry?... ¿De nosotros? - pregunto dándole otro par de bofetadas, ella estaba totalmente sorprendida de que el no metiera las manos y apenas encogiera sus hombros, no entendía por qué pero aunque su mente decía que no se podía equivocar y que mantuviera su idea su corazón parecía dudar. – ¿Tu padre será el nuevo señor tenebroso?... ¡Has traído esa asquerosa magia! - grito de nuevo como histérica y Harry en ningún momento metió las manos por defender a su "amigo", solo se quedó mirando por que sin duda igual temía recibir uno de aquellos golpes.

– No sé de qué me hablas... - respondió el pero recibió otro golpe que este si le dolió como el mismo infierno, estaba seguro que hasta le había rasguñado. Tenía sus ojos húmedos pero no por los golpes, sino porque al parecer, ante los ojos de esa pelirroja, no sería más que el hijo de un mortifago y quien por un instante se convirtió en uno – ¡No mientas!, ¡Quieres llevarle a Harry! ¡¿Verdad?!... ¡Habla maldito matón! - con ambas manos golpeo su pecho empujándolo unos pasos hacia atrás, ella empezó a derramar lágrimas y empuño la camisa blanca del rubio, temblaba mientras lloraba - No te atrevas a tocar a Harry... Nunca olvidare lo que tu padre me hizo... No olvidare lo que sus amigos le hicieron a mi familia... Nunca olvidaré las manchas en tu nombre Draco Malfoy... Tan solo pronunciarlo me causa repulsión.

Por un momento el silencio empezó invadir aquel lugar, Draco quería gritarle la verdad pero no quería verla sufrir más, así que se tragó su dolor soportando esas crueles palabras que dolían como púas clavándose en su pecho, y ni siquiera podía llorar. Harry por su parte se sentía terriblemente culpable así que se acercó a la chica cogiendo el saco de los hombros de ella y se lo devolvió al rubio para así apartarla sujetándola de los hombros – No sabes lo que dices... Has bebido... Solo es un dolor de cabeza... Vamos, necesitas descansar - ella se soltó del rubio para empezar a caminar hacia la sala común – Lamento esto Draco... - le guiño como si fuera su cómplice y le palmeo el hombro para seguir a la pelirroja a la cual rodeo con un brazo atrayéndola hacia sí.

Los ojos grises del rubio se enfocaron en aquella pareja que se alejaba en la oscuridad, y sin que nadie le viera algunas lágrimas empezaron a correr por sus mejillas rojas, que estaban así por los golpes, esa era su última noche en Hogwarts, seguramente la última noche en que la vería. Sin más camino fuera del castillo para salir al patio y centrarse en una de las bancas, cuando se calmó respiro el frío aire de la noche, su corazón le dolía, él estaba seguro de que Harry engañaba a Ginny.... ¿Pero cómo decirlo?... ¿Cómo hacérselo saber?... Negó con la cabeza inclinándose hacia adelante y cubriéndose el rostro con las manos – No me gusta tanto... - susurro bajito mintiéndose así mismo. Se levantó del asiento y fue a su sala común donde había muchos slytherin de ultimo año bebiendo y comiendo como última vez, fue invitado pero se sentía deprimido por las crueles palabras de la pelirroja, ahora entendía las palabras "Un mortifago, nunca deja de serlo" todos lo iban a señalar, todos iban a murmurar a sus espaldas, nadie iba a ser capaz de mirarlo como era en realidad, como la persona que quería ser, porque él fue el niño que no pudo escoger.

Al llegar la mañana él se despertó y con un hechizo todas sus cosas se armaron en la maleta, todo aquel dormitorio quedo vacío, estaba igual que cuando llegaron hacia ocho años atrás, sonrió un poco y dejo sus cosas listas para salir, fue a tomar su ultimo desayuno, muchos de ultimo grado estaban llorando, muchos parecían entender que ahí terminaba la vida escolar. Miro a lo lejos al trio de oro, a Ginny, y otros gryffindors, a los cuales se acercó porque no había tenido problemas con estos.

– Buena suerte a todos, espero volver a verlos - Anuncio dándole un abrazo a los más conocidos y hasta a Harry, apenas miro de reojo a Ginny, le gustaba, la quería, pero no iba a dejarse humillar por ella ni por nadie.

La pelirroja sabía que había hecho mal así que cuando el otro se dio vuelta para marcharse ella se levantó de golpe - ¡Malfoy!... ¿Podemos hablar? - su voz se notaba trémula, y temblorosa, pero él ahora estaba sentido con lo que paso, solo la miro por sobre su hombro para sonreírle de forma encantadora - No lo creo, lo que piensas de mi quedo claro - sin más fue a despedirse de aquellos amigos que nunca le darían la espalda y hasta anoche se dio cuenta, entre ellos llego, creció y con ellos se marcharía, a excepción de algunos que prefirieron un camino aún más oscuro que él y que por ello ya no estaban entre estos.

El resto de Gryffindors se quedaron sin comprender que había pasado, pero Ginny, por alguna razón... Sentía dolor ante esas frías palabras, viendo hacia el sonriente rubio se sentó lentamente, no quería terminar de comer aunque el resto estaba hablando, sabía que se había equivocado pero tampoco quería dudar del amor de su vida, Harry.

Cuando acabo el discurso de despedida y demás, todos se marcharon al tren, quizás sería la última vez que lo abordarían. Subieron y volvieron a aquella estación 9¾ donde todo empezó.

//¡Actualización al fin!, espero que les este gustando leerla tanto como a mi escribirla, por favor comenten me animan a seguir escribiendo
Gracias por su apoyo.

Solo un extraño [Drinny/Hanny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora