Capítulo 2-Exploración
Apreté el teléfono a mi oído con más fuerza, como si eso fuera a hacer que hubiera respuesta alguna. Me sentí impotente, ignorante. No me gustaba sentirme así. Tenía que hacer algo, quería encontrarlos. Mis padres, mis amigos, mi familia…todos estaban perdidos. Lo peor era que no sabía si seguían con vida. El no saberlo hacía que mi corazón bombeara rápidamente en mi pecho.
Al mismo tiempo, mi estómago gruñó. Decidí comer algo para después tomar una ducha y tomar una siesta. Estaba agotada tanto mentalmente como físicamente.
***
Cuando abrí los ojos ya estaba amaneciendo. Había dormido toda la tarde y toda la noche. El reloj a un lado de la que había sido mi cama marcaba las siete de la mañana, y estaba segura que no volvería a conciliar el sueño.
Me restregué los ojos y me levanté. Tendí mi cama y tomé una ducha matutina. Aun no sabía qué hacer y mi mente daba vueltas. Necesito un trago.
Ok, el alcohol en la mañana puede no ser buena idea, pero sólo tomé un vaso pequeño de whisky…lo juro. Después de un cereal con leche y mi vaso de whisky encendí la tele. Sin señal, sólo esa estática incómoda que me enerva la sangre.
Mientras estaba sentada en el sofá de la casa, inclusive llegué a pensar que podría vivir así. Digo, los supermercados no tenían personas, las casas estaban solas y aun había electricidad y agua. Era la vida perfecta. No tendría que trabajar, no molestas personas que sólo quieren hacerte sentir como mierda, nada. Sólo yo en un mundo en el que yo mando. Sonó como una buena idea en el momento, pero una voz se escuchó desde la parte trasera de mi cabeza: la soledad no es algo con lo que podrías vivir, ¿o si?
Esa voz tenía razón. Tenía que hacer algo, encontrar a alguien, sólo una persona siquiera. Pero, ¿por dónde empezar?
Después de tres horas de meditación en la sala llegué a una conclusión: tendría que investigar si la situación era así en los pueblos cercanos. Era la opción más viable en ese momento. Si me quedaba allí sin hacer nada, segurísimo me volvería loca.
A la una de la tarde estaba lista para partir. Había empacado en una mochila de camping de mi papá todo lo que creí necesitar. Comida enlatada, snacks, mucha agua, ropa, un kit de emergencias y otras cosas que pudiera necesitar. También llevé mi celular al 100 de batería por si acaso. Llevaba una chamarra extra y puesta, mi chaqueta café con una bufanda comodísima. Para esta “exploración” llevaría el coche de mis padres.
Al llegar a una ciudad pequeña la cual no recuerdo su nombre mi sangre se heló. Estaba en incluso un peor estado que Liverpool. Podría haber jurado que una bomba habría arrasado con el lugar. Detuve el carro en una calle desolada y me eché a llorar. No podría con esa situación. No. Simplemente era una chica sola y devastada, la cual estaba perdida y vivía en la ignorancia. Intenté recordar lo que había sucedido con todas mis fuerzas, mientras sollozaba y me ahogaba en mi soledad. El dolor de cabeza que tuve empeoró las cosas. Era como dar vueltas en un pozo sin fondo, pero yo sabía que en ese fondo encontraría las respuestas. Quería caer en ese pozo, y no podía.
No podía.
Cuando abrí los ojos era de noche. Me había quedado dormida frente al volante y ya había anochecido. Tuve miedo al verme sumergida en la oscuridad. Por la destrucción sólo un foco estaba encendido en la calle. El lugar sólo se había vuelto macabro y enervante. Incluso que sabía que no había ninguna sola alma se me erizaron los vellos del cuello. Tomé un gran sorbo de agua para aclarar mi mente.
No podría volver a dormir, menos en un lugar tan aterrador como aquel, así que elegí por seguir yendo a más poblados y ciudades. El reloj marcaba las ocho de la noche, pero por ser invierno estaba muy oscuro. Aparte, por el ambiente, estaba nublado y hacía un viento frío.
A mitad de la nada, aproximadamente a las tres de la mañana el sueño me invadió y me estacioné en una gasolinera que estaba por allí. Enfrente de la pequeña tienda, y después de haber comido un emparedado que había hecho, me quedé dormida en el asiento trasero.
Esa noche tuve pesadillas.
