Ducha

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Me desperté con la sensación de tener algo sobre mi cara que me molestaba.
Más bien que me hacía cosquillas y me daba ganas de estornudar.
Reacia a abrir mis ojos, quise levantar mi mano para apartar lo que fuera que había sobre mi rostro, pero un peso sobre mi brazo y cintura lo impedía.
Solté un gruñido aún sin abrir los ojos, intentando con todas mis fuerzas levantar lo que fuera que estaba sobre mi brazo.
Oí una risita ronca y mi corazón dio un vuelco.
Abrí los ojos con lentitud para encontrarme con la cabeza de Harry pegada a la mía. Y su pelo sobre mi rostro.
Su jodido pelo era lo que me hacía cosquillas.
Intenté soplarlo pero solo hizo que él soltara mas risas sin abrir los ojos.

-¿Te parece gracioso?- dije intentando sonar seria, pero sin poder evitar soltar una carcajada.
Él luchó para no sonreír y hacerse el dormido.
Oh. Con que esas tenemos Styles.
Aproveché que él estaba con los ojos cerrados para contemplarlo.

Hace solo dos días, cuando ni siquiera podíamos tener una conversación como personas civilizadas sin lanzarnos objetos punzantes a la cabeza, no me había detenido nunca a mirarle de cerca.

Es decir. Por dios, es Harry Styles, pero de cerca era a un más impresionante.

Vi que solo llevaba unos bóxers, y su torso estaba desnudo.
Mi mano se encontraba apoyada en su pecho, sobre uno de sus muchos tatuajes.
Virgen Santísima.
El aire se quedó atascado en mis pulmones.
Tuve que reprimir las ganas que tenía de pasar mis dedos sobre los dibujos de tinta. Porque eso hubiera sido de acosador. Y raro. Y psicópata. Y como que no quería que pensara que era una obsesionada.
Joder me encantaban sus tatuajes.
Mi mano se encontraba sobre uno de los pájaros dibujados en su pecho. Y acaricié instintivamente el ala del pájaro.
Al momento en que mi mano hizo la caricia, Harry suspiró.
Mi corazón se aceleró ante mi estupidez.
Joder joder joder.
Le miré a la cara y vi que seguía con los ojos cerrados.
Menos mal. Al menos me ahorraba que viera mi cara de vergüenza.
No podía apartar mi mirada de su rostro. Sin darme cuenta, mi mano seguía moviéndose sobre su pájaro de tinta. Pero a él parecía no importarle. Y soltaba aire entrecortadamente.
Era hermoso.
Su mandíbula cuadrada , sus labios rosas y carnosos. Y suaves. Seguro que eran suaves.
Una parte de mi se moría de ganas por averiguarlo.
¿¡Que mierda estoy pensando?!
Borré ese pensamiento de mi mente y seguí contemplándolo.
Su nariz también era perfecta. Ni muy grande ni muy pequeña. Tampoco muy aplastada ni muy afilada.
Seguí con mi recorrido hasta enfocarme en sus párpados cerrados.
Sus pestañas eran oscuras y largas, dignas de ser envidiadas por cualquier chica. Pasé unos segundos mirándolas.
Deseando internamente que tuviera los ojos abiertos para poder apreciar lo bonitos que eran.

Mis súplicas se cumplieron y sus ojos se encontraron con los míos, tomándome desprevenida.

-Me siento violado.-dijo con una sonrisa de lado y con diversión en sus ojos.

Mierda. Me había pillado.
La vergüenza me invadió mientras sentía como mis mejillas tomaban color y apartaba mi mano de su pecho.

Rápidamente él la tomó y la volvió a colocar sobre su piel.
Con su mano sobre la mía.
Sentí su corazón latir bajo mi palma.
Le volví a mirar a los ojos y me di cuenta de que su pelo seguía sobre mi cara.
Lo volví a soplar, consiguiendo que cerrará los ojos y soltara una carcajada, mostrando sus hoyuelos. Parecía más joven cuando lo hacía.
Mi corazón se hinchó.

No pude evitar sonreír ante esa imagen.
-¿Por qué haces eso?- dijo intentando calmar su risa mientras apretaba mi mano en la suya.

-Tu pelo está en toda mi cara-dije aguantando la risa.- necesitas un corte de pelo urgente.

Y no mentía. Su melena rizada estaba más larga de lo normal, casi llegando a sus hombros.

Crazy, stupid love (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora