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Camren y la ansiedad eran viejas amigas.

La joven, sufría de este padecimiento y esto la llevaba a apartarse de los demás hasta el punto de sentarse en el "Pupitre de los Rechazados". Para ella el tomar asiento en esa vieja banca no era el solo ocupar un lugar más en el aula. Era como una condena.

Justo cuando había dejado de sentirse tan mal, la noticia de que Mike amaba a Adam recién se hacía presente.

Para otras persona era solo eso. Otro secreto que salía a la luz, sin embargo para Camren representaba algo más, pensar, pensar y pensar.

"¿Tendría que elegir a alguno de los dos? ¿Acaso la abandonarían?"
Estas y decenas de preguntas más no paraban de atormentar día y noche su mente.

Mike, era su mejor amigo. Si ella interfería entre él y su enamorado probablemente este se alejaría de ella.

Adam, aunque le asustaba un poco, le hacía feliz. Cada vez que al Camren darse cuenta de que estaba espiándolos a ella y a Mike, él joven intentaba rápidamente esconderse tras unos arbustos para no ser descubierto.

Desgraciadamente ella no podía dejar de pensar en el futuro, la idea de que ambos chicos la abandonarían le hacían sentirse agobiada. Tanta era su preocupación que no solo dañaba su salud psicológica. Gracias a esto Camren tenía una tos horrible, raro, pero así era ella. Sin mencionar que debía de tomar unas pastillas para controlar la horrible ansiedad.

Tal vez sería mejor para Camren aislarse de todo sentimiento y volver a verdaderamente ocupar "El Pupitre de los Rechazados"

El pupitre de los rechazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora