El pupitre de los rechazados

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Adam estaba algo preocupado y Camren era el motivo. Últimamente había estado tomando muchos medicamentos y tenía una horrible tos.

Aunque la salud de la chica fuera muy importante, esa no era la mayor preocupación del joven. Tenía el extraño presentimiento de que ella nunca estaría a su lado.

Mike. Ese chico era un problema, cada vez que pensaba en él, Adam no podía evitar sentirse nervioso. Y más ahora que Camren sabía lo que aquel joven sentía por él, lo más seguro era que ella se alejaría para no hacer sentir mal a Mike.

Camren era demasiado buena.

¿Qué sentía él chico por Camren? Ni siquiera él lo sabía, aunque de algo estaba seguro.

"No dejaré que se aleje de mi, es decir...¿Qué chica en su sano juicio se apartaría de alguien tan atractivo como yo?"—Pensaba el muchacho.—Nadie. Absolutamente nadie Adam.—Se respondía a sí mismo con una sonrisa pintada en su rostro.

Y aunque Camren huyera de él cada vez que le viera, el joven estaba seguro de que en el fondo ella estaba loca por él.

En especial cuando la joven se daba cuenta de que les estaba espiando a ella y a Mike y le intentaba lanzar cualquier cosa que estuviera a su alcance.

Era seguro, Adam estaba decidido a hacer lo que fuera para que Camren permaneciera a su lado.