Capitulo 12

1.6K 127 7
                                    

Siwon se había marchado de la habitación, dejando a un vampiro de caído y a un humado. Junto a ellos, dos vampiros más se encargaban de su vigilancia y de darles muerte, lo que ninguno de ellos sospecharía, es que en efectos, dos iban a morir esa noche, pero.. ¿quien? 

Kyuhyun había entendido a la perfección lo que significaba aquella sonrisa que decoraba el rostro de Sungmin, claro, sabía lo que estaba pasando, pero esos vampiros tontos, por descuidar a un simple humano, lo pagarían caro. 

Sungmin sufría, el cuerpo le ardía por dentro, consumiendo le poco a poco, sentía que se estaba muriendo, que en poco tiempo, caería moribundo, pero debía ser fuerte. Su garganta la sentía muy seca y los ojos le ardían.  

Siwon no llegó a morderle, y por su suerte, se fue, ya que fue llamado por su amada, a esconderse bajo sus faldas como un niño. Los vampiros que debían vigilar lo, empezaron a bufarse de Kyuhyun, le daban patadas en su cuerpo, por donde le alcanzaran y lo insultaban ¿a caso se creía superiores? Pero tanto él como su mitad sabían que estaban acabados.

Un risa un tanto siniestra escapó de los labios de Sungmin. Ya está. Todo estaba decidido en ese momento. Tras un largo rato de convulsiones, se sentía mejor, aunque tenía una necesidad... Sed. Y ahora el agua no le apaciguaría esa sed, si no, la sangre.

-¿Qué te hace tanta gracia, estúpido humano? Voy a beber toda tu sangre y no voy a dejar nada de ella, seguro que estará deliciosa -Uno de los vampiros encargados de vigilarlos, se aproximo hasta Sungmin. Un gran error. Sin cadenas que lo sujetasen ya, Min se abalanzó sobre él, mordiendo el cuello de piel fría y áspera de aquel vampiro. La poca sangre que tenía comenzó a brotarle de la herida, la cual, no dudó Sungmin en absorber para saciar su sed un poco. Cuando el otro vampiro se quiso dar cuenta de lo que estaba ocurriendo, Kyuhyun se abalanzaba sobre él, al quedar suelto por uno de ellos. Lo agarró bien fuerte del cuello y lo levanto con mucha facilidad del suelo.

-¿Ahora quien se ríe de quien? -Riendo malévolo, le desgarró con una mano el cuello y lanzó aún vivo, su cuerpo junto a Sungmin, quien acaba de absorber hasta la última gota de sangre que albergaba en el cuerpo del otro, para que se siguiera satisfaciendo con ese.

Ahora mismo, Sungmin era un vampiro, él mismo se encargó de hacerlo cuando Yesung y su amigo se marcharon de la casa, nadie sospecharía de eso, y había sido una carta escondida y bien jugada.

-Cuando termines, nos marchamos de aquí, precioso mío.

***

Lentamente y con muchísimo cuidado dejó su cuerpo sobre la cama, para dejarlo descansar. Con una mano, apartó los mechones de cabello que tapaban su rostro angelical y tan dulce. Su niño dormía, le transmitía tranquilidad verlo así, el calor que desprendía su cuerpo le hacía sentir extraño, pero era una sensación que le gustaba. Le daba mucha pena, pero tras pensarlo durante todo el trayecto hasta aquella cabaña, sabía que lo mejor que podía hacer era convertirlo en uno como él, así, él mismo conseguiría más fuerza para defenderlo y Ryeowook no sería tan vulnerable a un vampiro.

Consultó la hora, comprobando que ya amanecía y que tendría por lo menos como margen hasta el anochecer para planear que hacer con él. Comprobó que todas las ventanas estuvieran bien cerradas, que ningún rayo de luz del sol penetrara en el interior, a pesar de la protección natural que los arboles que rodeaban aquella cabaña le proporcionaban.

Con sumo cuidado, encendió varias velas para no quedar totalmente a oscuras. Una la dejó al lado del menor y otra se la llevó con él, hasta una mesa donde se sentó. Tenía frente a él un mapa de algo que solo dos personas entendía y él era una de ellas. Se trataba del mapa de las alcantarillas de aquella ciudad, y por desgracia, estaba grabado en la mesa, no le quedaba otra que grabarlo en su mente. Si los encontraba, que sería muy seguro, aquello sería su salvación. Pero no era tan fácil. A pesar de entenderlo, eran signos bastantes raros y que hace años que no los veía.

Seré tu sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora