Son días soleados en mi ciudad.
Despierto con los primeros rayos del sol al amanecer y te miro a ti, que estás justo a mi lado.
No puedo ocultar la sonrisa de pillín cuando te veo dormir, así como tampoco puedo evitar querer besar esos labios carnosos que jamás me cansaré de probar.
Miro al techo y pienso. Jamás supe que sería tan feliz como lo soy ahora.
Te tengo a ti, justo aquí, justo a mi lado, justo como en mis sueños.
Acerco un dedo ligeramente a tu mejilla y la acaricio como si fuera mi amuleto más preciado del que estoy a punto de despedirme. Lo único que pienso ahora mismo es en lo suave que eres y lo que me gustaría poder convertirte en un peluche para poder estar abrazándote una y otra vez. Abres delicadamente los ojos y nuestras miradas se cruzan.
De mis labios sale una sonrisa inocente, una sonrisa tímida, como aquel niño que acaba de hacer una travesura, solo que mi sonrisa es por ti.
Tus labios también se expanden y me sonríes.
Buscas mi mano entre las sábanas para sentir que soy real, que no soy solo un sueño o solamente tu imaginación.
Mi corazón se dispara.
Permanecemos así unos minutos, callados con las manos entrelazadas y mirándonos.
Me quedó pensando y deseo que mis despertares sean así todos los días de mi vida.
Y es que, contigo, soy la persona más feliz del mundo.
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Poemas.
PoetryRecopilación de poemas que ocurren en mi cabeza y no se callan hasta que los escribo.