El príncipe de las tinieblas

I

Transilvania

Bueno mi nombre es Natsume Hyuuga, vivo en la famosa ciudad de los ¨vampiros¨ Transilvania para mi mala fortuna debo decir que soy uno de esos famosos seres, soy un chico que demuestra la edad de 18 años pero en realidad tengo más de un siglo... tengo esa edad desde el año 1556 en aquella época donde no existían ni los coches , ni los teléfonos celulares , ni nada tecnológico, no como ahora en la actualidad ,¿ como es que soy así? , con el tiempo podrán descubrir el por que eh de ser un vampiro, todo se podría decir que es debido a mi querido procreador Lestat, mi ¨maestro¨ , el me había enseñado todo lo que tenia que saber al ser un vampiro, todo lo que las personas hablaban eran mas que patrañas , los ajos , las estacas de plata, madera u cualquier otro material no nos hacia mas que cosquillas, lo único que nos hacia daño era el sol según me había contado Lestat.

-Eso podría ser letal para nosotros mi querido compañero- dijo aquel leyendo lo que había en mi mente.

- simplemente podrías no hacer eso, no me gusta que indagues mi mente lestat... puedo estar pensando cosas que solo me gustaría mantener en mi solamente- dije sin expresión alguna, pero estoy seguro de que en mis ojos se denotaba la molestia y el desafío que le implantaba.

- sabes que al mirarme así me haces desearte más ... eres hermoso .. tus ojos rojos que demuestran aquello despiadado que puedes lograr hacer, ese cabello azabache largo hasta tus hombros todo en ti, tu piel tan blanca como la nieve ... es por eso el que te di la oportunidad de ser mi acompañante por la eternidad- dijo acariciando los bordes de mis ojos, el cual me dio la oportunidad de mirar por el rabillo de mis ojos sus manos.

- tus manos.. están llenas de sangre Lestat, ¿una nueva dama?-le pregunte viendo la diversión en su rostro.

Lestat cada vez hace sus movimientos de una manera extravagante, con un poco de aire elegante sin perder su esencia de la época antigua, pero nunca teniendo piedad sobre sus victimas siempre eran tres a las semana, le gustaba comenzar por una mujer de aire juveniles, después con una de mediana edad que le representara la madures que sus cuerpo pudieran expresar y para terminar su plato con un elegante toque de aristocracia...todas siempre mujeres, no le era de agrado el tocar hombres a menos que sea para matar o para poder estafarlos para poder quedarse con sus propiedades o simplemente para apoderarse de sus mujeres , después matarlos y tirarlos al pantano un fetiche algo raro que tiene.

- se podría decir algo así y dime ¿tu ya has bebido ¨vino¨ como le sueles llamar tu?, por que si no es así déjame decirte que te e traído una exquisita botella llena de ¨vino¨ querido Natsume- dijo pasando aquella botella llena de ese liquido espeso color carmín.

- no era necesario sabes que puedo hacerlo yo mismo, ya hace mucho que deje de alimentarme de animales para así alimentarme de las personas, ya no tengo todos esos sentimientos humanos en mi lestat- dije algo ofendido de que aún creyera de que no era capaz de tener mi propio alimento

-entonces debes de deshacerte de esa humanidad que aún queda en ti ... debes de responder a los instintos y no ignorarlos simplemente - dijo para dirigirse al piano que se encontraba en el centro de la habitación.

- ya no debes preocuparte por eso, si esa humanidad esta en mi es simplemente cosa mía- dije al salir de nuestro hogar.

Ya había caído la noche por las calles de transilvania por lo que Natsume podría divagar con toda la libertad posible, sin necesidad de esconderse de aquel sol que lo podría volver cenizas, a esas hora de la noche solo las personas que vivían en las calles o las que salían de burdeles rondaban por aquella manta negro-azul , sin prestar atención a esas personas camino sin rumbo alguno llegando un prado el cual se encontraba casi sólo de no ser por aquella muchacha que se encontraba sentada en una roca, situación que sorprendió a Natsume, no era normal que una joven dama se encontrara sola a esas hora de la noche, por lo que decidió acercase sin pensarlo dos veces su mente le dictaba que lo hiciera, al estar mas junto a ella pudo apreciar sus cabellos largos y castaños, su piel nívea y aquella pequeña figura.

La chica al percatarse de una presencia detrás suyo levanto la cabeza del lugar que se encontraba, entre sus piernas, sabia que tenia sus ojos hinchados por llorar pero aquella presencia detrás suyo hizo que su piel se erice, percatarse se sorprendió al ver que tan hermoso joven se encontraba mirándola, nunca en sus 17 años había visto una piel tan blanca, un cabello tan negro y largo, unos ojos de un intenso rojo ... simplemente bello.

- tu...¿quien eres?- pregunto la muchacha al ver a Natsume.

- dime¿quien eres tu?...- dijo al ver los hermosos ojos de aquella muchacha.