cinco

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17 de Septiembre

Primera sesión con Levine Parker. Me siento asustada, tengo miedo de lo que haya en su alocada mente... tengo miedo que intente golpearme o algo parecido. Acomodo mis documentos en las carpetas y guardo en el primer cajon los folders. Arreglo el espacio para los pacientes, perfumando un poco. Me acomodo la falda al sentarme en el cómodo sofá y espero a que den las 3:15.

Shelley abre la puerta, dejándome ver a la pequeña Levine. Usa unos jeans militares junto a una blusa oscura con un símbolo en el centro, su cabello está en ligeras ondas.

- Levine Parker está lista, Scarlett -menciona. Yo sólo le sonrío. Ella abre la puerta y sale del lugar.

Levine se cruza de brazos haciendo una mueca.

- Huele espantoso -susurra acercándose al sofá que le corresponde. Es como una camilla, para que pueda estar cómoda.

En realidad el olor es maravilloso. A menos que no sea muy fan al olor a coco.

- Buenas tardes Levine, ¿cómo estás? -Preparo mi lápiz.

- Estupendamente bien -Dice sarcástica. Yo alzo una ceja- De puta madre, Scarlett, de puta madre.

-Te pido que seas completamente honesta a cada pregunta que te haga... ¿Estás siendo honesta?

Ella me ve frunciendo el ceño. Su rostro demuestra el poco interés que tiene por estar aquí.

- ¿Parezco honesta?

Alzo una ceja.

- Soy yo quien hace las preguntas aquí -me pone los ojos en blanco, volteando hacia otro lugar- ¿Cómo estás Levine?

Se mantiene callada por un corto lapso de tiempo, cruzada de brazos y haciendo muecas.

Suspiro sintiendome exhausta con apenas un minuto charlando con ella.

- Escucha, Levine, quizás aun no me tienes confianza... -ella asiente- pero te juro que todo lo que hables aquí no saldrá para allá -exclamo moviendo mis manos señalando hacia afuera- Así sea un "hola" no iré diciendole a todos que Levine Parker me ha dicho hola.

Ella sigue sin decir algo. Yo cruzo mis piernas.

- ¿Qué pasa por tu mente en este instante?

Me ve de reojo, yo la observo fijamente. Es apenas una niña, sus facciones con parecidas a las de una muñeca.

- ¿Vas a estar callada todo el rato? -hago a un lado mi tabla con la hoja en blanco del estudio de Levine- Bien, entonces quiero que escuches una historia divertida...

Ella frunce el ceño sin siquiera voltear a verme.

- Cuando era niña, mi hermana menor y yo solíamos acampar con mi padre en el patio trasero de nuestro hogar... -Recuerdos vienen a mi mente, esbozo una sonrisa. Esos tiempos fueron gloria- Veíamos las estrellas y papá siempre señalaba su estrella favorita, él nos decía que esa estrella significaba su amor hacia nosotras, nos regaló esa estrella... ahora cada vez que miro al cielo te juro que aún puedo ver esa estrella y siempre recuerdo que es su amor... su amor sobre mí.

Scarlett ►Del Club del suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora