Treinta

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LEVINE

El sol comenzaba a iluminar el día tan tétrico que se sentía, más bien, mi último día. O quise decir, nuestro último día de vida. Davina caminaba lentamente su mano paseandose entre el metal frío que conformaba el puente Old Drake Hill. El puente era lo suficientemente alto, dando al río que estaba completamente verdoso y que parecía tener un buen de basura. Si prestabas atención podías notar que el puente se encontraba en ya pésimas condiciones y que la calle fue cerrada por la misma situación. El puente podía caer si los coches seguían pasando por ahí.

- Qué frío hace ¿no? Para ser nuestro día todo está yendo de maravilla... - Davina se gira a verme, sus mejillas están sonrojadas, no está usando nada de maquillaje,sólo un bálsamo labial que hace que sus pequeños y rosados labios tengan un destello en la esquina de su boca. Yo le sonrío y cuando se enfoca en seguir caminando sólo puedo tragar saliva y sentir nervios.

Estaba a nada de saber qué era lo que había en la otra vida, qué le pasaría a mi cuerpo al ser tragado por el río, lo que mi pecho sentiría al ahogarse con la sucia agua. Davina usaba un vestido blanco, como para inspirar paz mientras que yo usaba la misma vestimenta en color negro, mi cabello me llegaba ya por debajo de los hombros y mi flequillo me hacía sentir un poco más segura.

-¡Mira Levi! Una flor - Davina se inclina y toma la pequeña flor color blanca- Es hermosa - y con sus finos dedos, destruye los pétalos,soltando una risa. Davina se encontraba bajo los efectos de la marihuana.

Yo estaba un tanto mareada pues ya hacía tiempo que no fumaba un poco.

-Quisiera ver a Scarlett en este momento - solté, Davina se detuvo en una orilla- ¿Qué?

- Estás a punto de suicidarte ¿y piensas en personas que lo único que hicieron fue destruirte más? -frunce el ceño.

-Scarlett no me destruyó de ninguna manera - ahora yo frunzo el ceño. Davina niega riéndose.

-Tu psicóloga era una perra, una estúpida que se siente la madre Teresa de Calcuta. Además ¿en qué te ayudó? No estuvo ahí para ti cuando Faith te dejó, ni cuando tu asqueroso e ignorante padrastro metió su pene en...

-¡Cállate! - cierro mis ojos ignorando que ha mencionado el tema de mi padrastro- no lo íbamos a mencionar hoy - repentinamente tengo el deseo de llorar.

-Nadie te ha ayudado como yo, Levine. Estamos juntas en esto, nos suicidaremos, nos encontraremos en el infierno o en el maldito limbo, ahí estaremos.

Una brisa llega repentinamente, haciéndome estremecer.

- Vamos a la orilla, preparémonos - Davina toma mi mano- Vamos a hacerlo más rápido, necesito ya no saber nada de quién fue Davina Bennett.

Davina parecía una chica angelical, en quien puedes confiar, una persona que pareciera que da excelentes consejos. Una niña dulce y amable. Esa era la falsa Davina, la que sus padres querían que estuviera presente siempre. La verdadera Davina era oscura como yo, pensaba en el suicidio tanto como yo, pensaba en que las mejores personas vienen a este mundo a sufrir y a suicidarse. Davina tenía el corazón pudriendosele.

- Piensa en todo lo que hiciste para llegar hasta acá - se sube encima del barandal del puente, que es algo alto. Se encuentra descalza y sin problema subió rápido. A mi me cuesta quitarme los zapatos - No tenemos todo el día - me hace una mueca.

Scarlett ►Del Club del suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora