Capítulo 3.

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Me levanté a la mañana siguiente y no había ni un solo ruido y era raro ya que Elliot madrugaba para salir a correr y ya era hora de que estuviera en casa con la música muy alta, por lo que comencé a llamarlo.

-Elliot, Elliot!

Pero no contestaba, fui a su cuarto y no había nadie, por eso decidí bajar a desayunar para cambiarme y salir a correr, últimamente era lo único que me calmaba.

Cuando bajé me encontré a Elliot durmiendo en el sofá, por lo que comencé a despertarlo.

-Elliot despierta, Elliot.

-Emma, ¿qué pasa?

-Que son las once de la mañana y tu sueles madrugar.

-¿Elliot por cierto a que hora comienza la fiesta?

-Comienza a las diez, pero si quieres podemos cenar con mis amigos, ya que ellos luego también irán a la fiesta.

-Por mi bien, si son tus amigos, quizás algún día puedan ser los míos.

Aunque no creía eso, tenía como un mecanismo de defensa que no me permitía acercarme a nadie nuevo, aunque ellos lo intentaran.

Todo en la mañana siguió bien, Elliot hizo una de sus magníficas pastas, y por la tarde vimos nuestra serie favorita How to get away with a murder, mientras él me contaba algún que otro cotilleo.

A eso de las siete cada uno fuimos a nuestro cuarto así comenzaríamos a arreglarnos, amaba cualquier cosa que tenía que ver con la moda, por ello iba a estudiar diseño igual que Elliot.

-Emma vamos, se hace tarde. 

Pero,¿qué hora era?, Miré mi móvil y marcaban las ocho y media, no me habia dado cuenta del tiempo que había pasado.

-Elliot ya bajo, solo cinco minutos más.

Cuando bajé me encontré a Elliot vestido con unos vaqueros rotos por las rodillas, una camiseta blanca y un abrigo marrón a juego con sus botas.

Cuando bajé me encontré a Elliot vestido con unos vaqueros rotos por las rodillas, una camiseta blanca y un abrigo marrón a juego con sus botas

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-Wow, Emma, hace tiempo que no te veía tan arreglada.

-Ya, yo tampoco, pero quien sabe, quizás hoy conozca a alguien interesante.

-Sí, ya se Emma, rollo de una noche.

-Sí, ya sabes que desde que pasó todo, soy como cualquier chico mujeriego, no puedo confiar en ningún chico otra vez.

-Bueno si ,ya, vamos coge tu abrigo, y vayámonos, llegamos tarde.

Cuando salimos nos subimos en su coche y marchábamos a la casa de su amiga Alycia, ya que esta no tenía coche.
En cuanto llegamos ella apareció, y desde que la vi, se que podríamos ser amigas, llevaba la misma locura de cabello que yo, solo que ella en tonos rojizos.

Ella, la Irrompible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora