Patrick, el Siaeve, adoraba a Licelia. Él anteriormente tuvo unos dueños que le cuidaron cuando era un cachorro, pero como un día sin querer mordió una muñeca al parecer demasiado cara de la niña, esta se puso a llorar maldiciéndolo una y otra vez. Los padres se enfadaron un montón ya que el dinero "no cae de los árboles", así que decidieron dejarlo en la calle. El niño, él que de verdad lo quería se negó rotundamente abandonarlo, pero mientras él iba a la escuela sus progenitores, aprovecharon para dejarlo en un parque amarrado para que no fuera tras de ellos. Luego de un mes, apareció una chica con pelo que parecía afro por no haberlo peinado adecuadamente, baja y con ojos azules oscuros; casi parecían negros. Al percatarse del perro, fue hacia él con cuidado de que no le mordiera. Ya lo suficiente cerca lo empezó acariciar, este al no haber notado la presencia de Licelia, se giró bruscamente haciendo que ella se asustara y diera un paso hacia atrás tropezando con una piedra para luego, caerse de culo. Se levantó y miró al perro con curiosidad, este hacía lo mismo.
-¡Hey! Me asustaste, ¿donde están tus dueños? -dijo mirando a los alrededores. De un momento a otro el perro se puso a gimotear. No entendía por qué le habían dejado a su suerte, si había echo algo mal, que lo hubieran enseñado: él aprendería.
Licelia cogió la correa que parecía un poco desgastada para dirigirse al veterinario y que le vieran el chip*, si es que el pobre animal tenía.
-Hola, ¿en que podemos ayudarle? -dijo el chico que estaba sentado en una silla detrás del mostrador.
-Me acabo de encontrar este perro en la calle y como puede ser perdido ¿le podríais pasar la máquina esa?
-Vale, espere un momento. -El joven fue a lo que parecía un almacén, para luego salir con una caja y sacar el rastreador. Al pasar y no pitar nada, vio que no tenía ninguno.
Licelia indignada con los dueños del cachorro por haberlo abandonado, se fue a su casa pero no sin antes comprar en la tienda un paquete de comida, que aunque le salió más caro que en el supermercado, no tenía ganas de ir hacia allí. Le dio de comer al perro y mientras este comía, pensó que debía ponerle un nombre pero... ¿cual? Después de meditarlo un poco, pensó en la película que había visto de marvel ≤Hulk≥ así que le puso el nombre de un superhéroe.
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*Chip: Son microchip para poder localizar a una mascota en el caso en el que esta se pierda. Se suele poner en el pellejo cerca del cuello.
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La cagué: Mi historia de seres sobrenaturales.
WerewolfSheyla es una chica apasionada con los hombres lobos, vampiros y todos los demás seres sobrenaturales. Un día decide escribir sobre ellos, pero hay un problema: no sabe expresarse, así que le pide a una amiga que es muy buena en eso, que le dedique...