Capítulo 3 - Es sólo el comienzo

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Jungkook sintió los labios de Jimin invadiendo su cuello, se sentía bien y a la vez le asqueaba. Su cuerpo vibraba ante cada toqueteo y su mente maldecía y gritaba blasfemias en cada momento.

Las manos, que supuso eran de Jin, fueron desvistiéndolo, comenzando por su suéter y acabando con su camisa. Los hermanos cambiaron de papeles como si fuera ya muy normal en ellos hacer ese tipo de cosas.

Jin empujó a Jungkook y éste cayó sobre la cama, intentó levantarse pero luego se volvió piedra al verlo acercarse de manera lenta mientras quitaba su camisa y dejaba ver sus amplios hombros y perfecto abdomen. Jin se lanzó sobre él haciéndolo cerrar los ojos hasta sentir sus carnosos labios mordiendo y besando su torso. Exhaló y abrió los ojos de nuevo encontrándose a Jimin desvistiéndose sin dejar de mirarlo. Jin bajó por su abdomen y se detuvo para quitar los pantalones. Quería gritar que no lo hicieran, suplicar porque pararan pero se quedó callado tragándose sus lágrimas.

Se sintió expuesto por completo cuando Jin jaló sus pantalones junto con los bóxeres. Los hermanos también terminaron de quitar sus últimas prendas y volvieron a retomar su trabajo en equipo.

Obligaron a Jungkook a sentarse mientras Jin besaba su espalda y lo tocaba desde atrás. Cada segundo que transcurría hacía que el menor se sintiera más sucio, como si estuviera revolcándose en basura. Jimin tomó la parte delantera y lo besó como nunca, llevaba más de dos años sin besar a alguien y no le agradó volver hacerlo a pesar de que Jimin besara tan jodidamente bien.

El menor de los hermanos comenzó a descender dando besos en cada lugar mientras Jin mordía una de sus orejas con suavidad. Los labios de Jimin se detuvieron y en el momento más inesperado atraparon el miembro de Jungkook, éste se removió impactado por la electricidad que sintió su cuerpo al sentir la boca del otro invadirle. Jin lo agarró con fuerza evitando que se resistiera, estaba recibiendo la atención que no deseaba tener, no quería sentirse tan bien, su cuerpo le traicionaba y se movía suplicando por más. Cuando Jungkook estuvo a punto de venirse, Jimin se detuvo y sonrió con maldad.

—Aún no lo mereces —dijo para cambiar de lugar con Jin, que no tardó en besar sus muslos y dejar marcas muy visibles allí.

Jimin no paraba de besarle, mordía sus labios, jugueteaba con su lengua casi dejándolo sin respiración.

—Creo que deberías tomar algo de aire —habló Jin con voz ronca, ubicándose entre las piernas de Jungkook.

Jimin lo agarró con fuerza, ya sabiendo lo que se venía y Jungkook fue presa del pánico al ver a Jin poniéndose un condón.

— ¡No, espera! —gritó antes de que Jimin volviera a besarlo y sintiera el miembro de Jin estrujándose dentro él.

El dolor se extendió por su cuerpo y por más que luchaba, Jimin no le permitió moverse, lo besaba, lo tocaba, mientras su hermano se movía hacia dentro y fuera. Debido al dolor se sintió mareado, las lágrimas estaban a punto de bajar por sus mejillas pero no lo permitió, no debía demostrarles lo débil que alcanzaba a ser.

Jin agarró su cadera con tanta fuerza que juró que sus dedos estaban traspasándole la piel y así continuó con sus estocadas hasta que logró venirse impidiendo que Jungkook lo hiciera al igual que él.

El menor creyó que todo había terminado, que ya podría irse a descansar pero de nuevo Jin cambió de lugar con su hermano y todo se fue abajo.

—No sabrás lo que es placer hasta que aprendas a comportarte —le susurró Jin al oído y lo apresó entre sus brazos mientras Jimin acomodaba su condón.

Se sintió de nuevo invadido, el dolor apareció de nuevo arrasando todo sin compasión. Jimin se movía con más fuerza, sin importarle lastimarlo, ya los besos de Jin en su cuello y espalda no le hacían sentir nada de placer. Nada lo haría, cerró los ojos mientras inhalaba y exhalaba, iba a llorar, lo haría, no podía aguantar más tal situación. Jimin se detuvo al rato con un gemido ronco y sexy aunque no lo fue para Jungkook.

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