I'm Fine.

Capítulo 7 - Letra y el día del Concurso.

- Literalmente. - Susurró María insegura, suspiré frustrada.

- Chicas, lo lamento pero.. y-yo... no sé hacer una letra perfecta. - Dije cruzándome de brazos.

- No tengas miedo, te ayudaremos. ¿Verdad, María?. - Dijo Maya viéndola quién estaba viendo a un ¿pájaro?.

- ¿Ah?... - Dijo viéndonos y Maya me señaló a mi. - Ah, si, si, claro... - dijo confundida y cruzándose de brazos.

- Te ayudaremos, no te preocupes. - Dijo Maya viéndome y rodé los ojos.

- Okay. - Murmuré y entré a la 'prisión'.

Entré y varias chicas me vieron confundidas, o ¿envidia?, No sé pero trataba de no llevarles la corriente.

Llegué a mi casillero dejé algunas cosas allí y a los pocos minutos, tocaron la campana y ir a clases.

***

Salía de la secundaria con algunas carpetas.

- ¡Hey, Els!. - Oí la voz de María detrás mío.

- ¿Qué?. - Dije dándome la vuelta.

- Se dice 'Mande', no '¿Qué?'. - Corrigió Maya desviando la mirada.

- Está bien, pero.. ¿qué quieren?.

- Nada, sólo decirte que... el Sábado, vamos a mi casa, así, te ayudamos a escribir la letra. - Dijo María sonriendo.

- Pero, chicas... y-yo... m-mi padre... - murmuré un poco asustada.

- Escapate. - Dijo ella cruzándose de brazos.

- N-no... p-pero, veré si puedo... - dije temorosa y ella asintieron y se fueron.

Suspiré y empecé a caminar como siempre.

Una vez que llegué a la casa, entré y vi que no había nadie.

Eso me tomó como sorpresa.

Aunque, igual, no hay que confiarse tanto.

Subí las escaleras y llegué a mi habitación.

Entré, y cerré la puerta.

Saqué unas carpetas y unos libros, e empecé a estudiar un poco.

***Sábado***

Ya era Sábado, en estos días, no he visto a... Edward, eso me parecía extraño, pero a la vez, me llenaba de alegría saber que no estaba, podía hacer lo que yo quiera sin él.

Hoy iría sin dudas a la casa de María, es más... María y Maya me han estado 'acosando', diariamente.

A cada minuto me decían que si iba a ir, o no... o esas cosas.

Ya estaba vestida, tenía una blusa celeste con mangas cortas, un jean ajustado, y por último, una chaqueta.

Mi peinado era casi el típico de siempre, una trenza de lado.

Tomé mi bolso que ahí estaba un cuaderno, un lápiz, un borrador (o goma, como le digan en su país :'v), y por si acaso, un bolígrafo.

Me miré en el espejo y suspiré, aún esas voces habitaban en mí.

Pero de tal modo, intentaba sonreír.

Acomodé mi chaqueta y salí de mi habitación.

Bajé las escaleras y llegué a la puerta de entrada.

Salí y tomé un taxi, y... ya estaba en camino a la casa de María.

***

Llegué a la casa de María, le pagué al chófer y me bajé del coche.