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Parecía que ella convulsionaría ahí mismo dentro de mi auto. Y yo no podía dejar de sonreír por la forma en que su cara se encontraba.

—Relájate. —Puse una mano arriba de la suya donde se encontraba su pierna. Rápidamente la quitó tratando de alejarse de mí. —No te haré daño.

—¿Qué acaba de decir? —sus ojos seguían tan conmocionados exactamente como se encontraba ella.

—Pensé en voz alta. —Subí un hombro y lo dejé caer de nuevo. —¿Y cómo crees que serían?

—¿El qué?

—Nuestros hijos.

—No tendremos hijos.

—¿Por qué no? Mi inteligencia con tu belleza o viceversa.

—O su descaro con mi inteligencia. Eso nunca va a pasar. —Replicó molesta.

—Ya lo veremos. —Ladeé una sonrisa.

Tan seguro como era, sabía a ciencia cierta que tendríamos un bebé. Pero antes de que eso pasara necesitaba recuperarla.

Escuché que murmuraba algo de que me cortaría los huevos antes de que eso pasara lo cual hizo que me riera.

Nos estacionamos en una cafetería vintage y como el caballero que soy le abrí la puerta, me gané un par de ojos en blanco de su parte, lo cual hizo que una media sonrisa se formara en mi boca.

—No puedo creer hasta donde llega su arrogancia. —Murmuró pensando que no la escucharía.

—Entonces ¿Qué es lo que tienes que decirme? —tomó de la taza de café mirándome con esos ojos azul zafiro. Nunca se me había ocurrido un apodo para ella, pero ahora que me miraba como si fuera un enigma era más correcto decirle 'Butterfly'. Y también porque era una chica dulce y a la vez tan independiente de sí misma como mujer fuerte que la hacía ver.

"No puedes cambiar a alguien sin destruir lo que fue"

—Cuando te vi me recordaste a una persona que amo. Que lamentablemente está muerta y te pareces mucho a ella, por eso me he puesto como loco y traté de saber tu nombre. Sé que no es excusa tan válida como para que me perdones, pero es lo único que tengo para defenderme.

—Ella ¿cómo murió?

—Un accidente de auto. —Mentí.

—¿Enserio el parecido con ella es demasiado?

—Demasiado. Creí que había vuelto del inframundo.

Decirle sobre la muerte de la mujer que amo podría acercarme a ella, estaba jugando sucio, pero yo nunca jugué limpió para conseguir tenerla a mí lado. Ella era mi todo.

—Lamento tu perdida. —Su tristeza en su voz hizo que la mirara a los ojos y vi que en verdad lo lamentaba.

—¿Me perdonas?

—Claro que te perdono. Ahora comprendo en la forma que te comportaste conmigo, debe ser difícil encontrarse con una persona que se parezca igual que tu novia y pensar que te están jugando una broma o estás realmente volviéndote loco. —Asintió con la cabeza y una sonrisa tranquilizadora, —Perdona si me he comportado tan grosera contigo, pero pensé que me estabas siguiendo. Mira, no conozco la ciudad y soy tan desconfiada que no permito que nadie se me acerque. Tuve un accidente hace tres años y eso me dejó en desventaja, porque no volví a confiar en las personas que apenas conozco. Tengo amnesia y estoy trabajando en ello con mi terapeuta.

—¿Vas con un terapeuta? —Angie no me había proporcionado esa información. Dudé de que siquiera me hubiera dado todo lo que conocía de Becky, no quiere que esté junto a ella y creo que es posible que hará cualquier cosa que esté en sus manos para apartarme de su lado. Vi un pequeño sonrojo en sus mejillas.

OBLIVION ( Trilogía La Apuesta III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora