Harun | Cavalcanti 1 |

13. A casa.

No quiero moverme.

No quiero respirar.

Quisiera estar en coma ahora y quedarme así para siempre.

Harun está sobre mí... bueno, no sobre mí. Su brazo rodea mi abdomen, el costado de su cuerpo está pegado al mío y su respiración está chocando contra mi oído. Estoy tan feliz que podría gritar pero no pienso moverme o hacer ningún sonido que pueda alejarlo de mí. Sé que estoy presionando sobre el límite, sé que en algún momento se va a despertar y al ver en la situación en la que estamos se va a querer disculpar mil veces, tal vez incluso se arrodille... pero no puedo alejarlo.

¿Cómo es que alguien puede oler tan bien? Toda la cama tiene este dulce aroma a champú impregnado en ella. Su cabello huele así, obviamente... su cabello es tan negro y reluciente, tan abundante, su piel tan blanca, como la nieve, tiene pestañas largas y labios delgados y rosados que suele pellizcar con sus dientes y por ello siempre están un poco rotos, pero siguen siendo hermosos. Desearía fotografiarlo en este instante. Vería esa foto todo el día.

Y mientras lo miro, girando mi cara hacia él, no puedo evitar preguntarme si Elisa alguna vez disfrutó de tener a Harun así... bueno, eso lo sé; desde luego que lo hizo, él no ocultó el hecho de que se acostó con ella, así que una cosa que sé de Harun es que no es virgen. Es algo injusto que su virginidad la haya tomado una chica cuyo nombre verdadero él ni siquiera conocía... pero ya no hay nada que se puede hacer, solo espero que la próxima chica que Harun ame, sea quien sea, lo haga feliz y jamás le mienta.

De momento a otro un ruido empieza a sonar por la habitación. Yo giro mi cara y me quedo muy quieta, cierro los ojos incluso y trato de fingir que duermo mientras la alarma del celular de Harun suena. Él se empieza a mover lentamente. Lo oigo hacer un sonido de disgusto cuando quita su brazo de sobre mi cuerpo, luego oigo algo como su mano chocando con su frente. Quiero reírme pero lo reprimo.

Luego todo mi cuerpo se estremece al oír algo maravilloso.

Harun ha hecho un sonido, no como un gruñido, esto podrían considerarse el uso concreto de sus cuerdas vocales.

―Ahh... ―lo oído decir, su voz es profunda, gruesa, tanto que me da escalofríos, mi piel se pone de gallina―. Ahh... ―está haciendo algo como una prueba―. Mmm... ―es lo último que oigo antes de que se levante de la cama, aparte de un suspiro frustrado.

Me pregunto si hará eso todos los días.

Aunque estoy emocionada, me quedo totalmente quieta y finjo dormir. Él entra en su baño entonces, oigo la ducha abrirse y ahí es cuando me levanto; la puerta está abierta, así que puedo entrar sin hacer ruido. No sé por qué, pero no puedo evitar que mis piernas se muevan cerca de la puerta del baño de Harun.

Su ropa está en el piso y él está en la ducha; por suerte, el vidrio es transparente y él está de espaldas, lo que me da una excelente vista de su espalda ancha y de su trasero... Harun es perfecto en todos los sentidos para mí.

―Me siento mal ahora. Otra vez ―susurro antes de volver a la cama y cubrirme con la sábana de vuelta.

Unos minutos después él sale de la ducha y yo finjo seguir durmiendo. Puedo sentirlo pasear por la habitación en busca de su ropa y me mata el hecho de que probablemente solo tendría que voltear para verlo desnudo. Pero no haría eso, lo más seguro es que se desmaye si siquiera se me ocurre.

Pero entonces, cuando ya está vestido, aparece ante mí, aunque sigo con los ojos cerrados, sé que ahí está parado, frente a mí; siento como se agacha y después de cubrirme mejor con el cobertor, me besa la sien, apartando un poco el cabello de mi frente. Luego sale de la habitación.