24. Paciencia. [Capítulo final]

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N/A: Este es el capítulo final mis almas en pena kfhdkfh. Yo avisé en el tablero de mensajes de mi perfil, así que bueno, la mayoría debería saber.

Gracias a todos los que me desearon un feliz cumpleaños el 15 de marzo, los quiero, gracias por leer.

Besos, Ross out.

PD: luego publicaré la sinopsis de la historia de Blaze, esperenla en cualquier momento.

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Harun y yo no hablamos cuando llegamos al departamento, lamentablemente ambos estamos demasiado cansados para entablar una charla cuerda justo en ese momento, así que proponemos ir a la cama, cada quien en su habitación.

No puedo explicar lo feliz que estoy de acostarme en la cama, cómoda y espaciosa, después de todo lo que pasé antes de llegar aquí. Me quedo dormida de inmediato y a diferencia de cómo pensé, no tengo absolutamente ninguna pesadilla sobre lo que pasó. Estoy feliz por eso, porque para ser honesta no quien Gennaro y todo lo que ocurrió arruinen mis momentos con Harun.

No sé lo que pasará en la mañana con nosotros pero sea lo que sea, estaré contenta con la decisión que él tome. Sé que aún faltan muchas cosas que tenemos que superar, así que no pienso presionar. Como siempre. Creo que lo que me trajo hasta aquí fue tener paciencia.

Cuando estás enamorado, la paciencia es muy importante.

Despierto ese día, demasiado tarde, casi son las cuatro de la tarde cuando despierto. No sé si almorzar o cenar de una vez, pero tengo mucha hambre, así que me doy una ducha y salgo de mi habitación. Cuando reviso en la cocina, Harun está allí, de espaldas cocinando algo en la estufa. Lo escuché desde el baño, moviéndose por la casa, supuse que estaba despierto desde mucho antes que yo.

Me acerco y me siento en la barra, él se voltea y me mira, esboza una sonrisa y camina hasta donde estoy dejando la espátula sobre el mesón. Me besa la mejilla con suavidad y me susurra un―: Buenos días.

No puedo evitar querer morirme, porque él no solía "decirme" estas cosas antes, él simplemente las escribía y creo que nunca voy a acostumbrarme a su voz. Está suave y rasposa, supongo que por todo lo que pasamos y lo mucho que lloramos. La mía también se encuentra así.

―Buenos días ―respondo―. Te levantaste antes que yo.

―Pensé que estarías demasiado cansada para hacer el desayuno ―él se encogió de hombros―. ¿Quieres comer de una vez?

Él siempre baja la mirada cuando hala y lo hace en voz muy baja. Sé que aun le cuesta, me siento un poco tentada a decirle que vuelva a escribir cuando se sienta incómodo pero no quiero que piense que no quiero oír su voz. O es solo que yo quiero seguir escuchando su voz sin importar que.

―Está bien ―asiento―. Gracias por cocinar.

Él sirve el desayuno en silencio y se sienta en la barra frente a mí.

Comemos sin decir nada, cuando terminamos él aparta los platos y se vuelve a sentar frente a mí con sus manos juntas y su vista sobre ellas.

―¿Te encuentras bien? ―me pregunta ladeando la cabeza―. ¿Dormiste bien?

―Afortunadamente ¿Qué tal tú?

―Estaba demasiado cansado para pensar en nada ―él se encoge de hombros―. Aun estoy preocupado por Blaze... y confundido ¿En serio piensa casarse con ese chico?

―Es una idea loca, pero creo que puede funcionar ―le digo alargando mi mano para ponerla sobre las suyas―. Tranquilo, Blaze es un adulto, seguramente lo tiene todo bajo control.

Harun | Cavalcanti 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora