West Johnson lleva la vida de ensueño de cualquiera con veintisiete años, esta por tomar posesión del mando de la empresa de su familia, esta cursando la maestría de sus sueños, tiene amigos de toda la vida le aman y aceptan, es simplemente feliz. A...
"¿Como es que un ángel como tú, bajo a este infierno
para salvar a un demonio como yo? - Heyden Maxwell."
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17 de agosto 2022
Alexandra caminaba tranquilamente, el día había pasado mejor de lo que imaginaba sin contar con la llamada y el encuentro con el Ángel oscuro, el día paso totalmente normal.
Solo le faltaba una clase para concluir el día, en la escuela al menos ya que aún faltaba sus trabajos. Miraba atenta a su reloj de mano, faltaban 10 minutos para que empezara la siguiente clase.
Bufando un poco se encamino al área verde donde varios estudiantes jugaban algún deporte o se asoleaban en las cómodas bancas respirando aire fresco.
Opto por lo segundo sentándose en una banca un poco alejada, ese día nadie en específico le había hablado, al menos para algo más que un lápiz. Tampoco es que le molestara, siempre supo cómo llevarse bien con la soledad y prefería muchas veces estar sola le era complicado relacionarse, además que lo evitaba si era sincera. Simplemente le parecía innecesario.
La banca que escogió era simplemente perfecta, pegada a un gran roble dándole sombra, se recargo en este aspirando aire puro y sin más saco el único libro que logro obtener de Sídney Sheldon.
—Sin duda que eres muy hermosa. —Una voz a su espalda la hizo levantar la vista de su lectura topándose con unos hermosos ojos azules que la veían con intriga.
—¿Disculpa? —La chica de cabellos color cuervo totalmente riso tanto que era como una melena grande y larga, le sonrió inocentemente sentándose alado de Alexandra quien la estudiaba con un aire de desconfianza.
—Y en definitiva tienes un aura de misterio. —Agrego la chica atenta, todo el día había oído de esta chica que se cruzó con su menos simpático y muy querido amigo West, por supuesto todo gracias a su muy comunicativa amiga Bella que no paro de contarle lo sucedido con lujo de detalle y dramatismo.
—Soy Victoria Huerta. —Se presentó alegre extendiéndole la mano.
—Uh... Alexandra Leal. —Contesto Alex aun con desconfianza.
Victoria lo noto enseguida, Alex oscureció sus preciosos ojos verdes militar bastante atípicos poniendo cada musculo tenso.
—Tranquila, solo quiero ser amable, debió ser duro iniciar sin nadie conocido, pero si te molesta mi presencia...—Alex no dejo que terminara regalándole por fin una media sonrisa.
"Que divertido, iguales a las de West." Pensó ella de inmediato. Ninguno de los dos sabe sonreír de verdad se rio Victoria en su mente.
—Perdona, no suelo ser muy abierta, pero gracias, nadie ha sido tan amable como tú. —Ambas chicas asintieron, Victoria después de escuchar los rumores quiso conocerla y no se equivocaban todo en ella gritaba belleza y misterio, y con el carácter tan efusivo y alegre de Victoria tenía que conocerla. Quizás una amistad salga entre las dos.
