Capítulo 5

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Que dolor de espalda cargo, consejo: nunca quedarse dormido en el sofá. Me levanto muy adolorida para alistarme rápido ya que como no estaba en mi habitación no escuché la alarma, y quien me levanto fue mi hermana, la cual se asombró al verme en el sofá tirada roncando a potencia. Me coloco ropa bastante cómoda para salir corriendo de aquí y llegar rápido a clases, por suerte deje todo listo en la noche, cosa que me hizo ahorrar un poco de tiempo.

Salgo sin más de mi casa corriendo a la escuela que me queda a unos 10 minutos.

–9:00p.m.–

–Vienna, estás loca.- Dice June arreglando un poco mi cabello.

–No podía faltar, ni tiempo me dio para desayunar.-Agrego recordando ese pequeño detalle.

–¿No has comido nada?- Pronuncian mis dos amigas a unísono, haciéndome negar con la cabeza.

–Cuando tengamos un momento libre vamos a la cafetería para que así, comas algo.- Menciona Alana mientras escribe en su cuaderno, al parecer anda escribiendo las notas que hasta ahora ha sacado.- Me falta un punto para aprobar lengua.

–¿Un punto?- Pregunta.- Yo te puedo ayudar a estudiar.- June suelta mi cabello el cual ya está más peinado y se sienta al lado derecho de Alana, para ayudarla a estudiar un poco.

–Yo me escaparé rápido a la cafetería.- Sobo mi barriga.- Ya hasta ruje.

Camino fuera del salón y a paso rápido voy a la cafetería, compro unas galletas y un café, para mantenerme activa ante tanto exámenes, aunque a mí estás fechas no afectan tanto mis horas de sueño. Luego de comprar vuelvo al salón mientras tomo mi café, al entrar veo todo el panorama y son puros alumnos estudiando mientras pueden; me da un poco de gracia haciendo que se me escape una media sonrisa. Con estos bastardos estaré solo esta semana y luego, vaya a saber qué pasará.

–Carlos.- Dice Alana emocionada con una sonrisa de oreja a oreja, esta chica está muy contenta.

–Hola Rudi.- Sale de sus labios, ¿Rudi? ¿Y eso de dónde salió? Ellos voltean a verme como de manera rara como si se me hubiera pensando en voz alta.- Sí... Rudi.- Confirma mi amigo.

–¿Alana Rudi? ¿Cómo es que no sabía tu apellido?- Pregunto un tanto confundida.

–Ni idea, siempre lo dicen.- Ella levanta sus hombros sin saber.

Es ahí cuando me llega el nombre de Sam y la pregunta que le hice ayer, Rudi, Rudi, Rudi, es lo único que pasa por mi mente y sin más me toca preguntar.

–¿Tienes un familiar llamado Sam Rudi?- Pregunto sin vacilar.

Ella se queda pensativa y luego asiente.

–¿De dónde lo conoces?- Me devuelve una pregunta.

–De las redes sociales.- Esto en parte no es mentira, pero fue del juego virtual. June me mira y también está confusa.

–¿De la red social que vi la otra vez en tu computador? Juraría que eso es más como un juego.- Dice sin vacilar.

Es ahí cuando mi "mentira" se descubre y fue 5 segundos después de haberla dicho. Sin mucho me hago la mareada y me siento de golpe, haciendo que ellos me miren un tanto preocupados.

–No es nada, después que coma se me pasa.- Digo para evitar responder, y eso sí me funcionó.

El día pasó rápido, los pasillos de la escuela tienen un ambiente de estrés, de tensión pero cierta tensión individual. El lado bueno de esto es que ya no queda nada para graduarnos y para tener unas bien merecida vacaciones.

–08:00 a.m.–

Ya me encuentro a viernes y al ser el último día, solo vamos a ver nuestras notas y confirmar el cómo salimos, también están las invitaciones a el baile de graduación al cual iré con mis amigas ya que el único chico que trato es Carlos y él, pues solo amigos. Hablando de ese chico, viene caminando hacia mí con una sonrisa, se la correspondo para luego darle un abrazo rápido.

–Vienna, necesito hablar de algo, ¿Puedes?- Menciona al acercarse.

–Claro.

–¿Qué harás para el baile? ¿Irás con las chicas?- Asiento ante su pregunta, este comienza a ponerse nervioso, sobre su hombro veo a mis dos amigas observándonos, June con una cara muy tranquila, mientras que Alana tiene un toque triste en la mirada.-Y bueno, entonces qué me dices, ¿Sí?

–Disculpa, ¿Qué?- Digo para que repita.

–Que si deseas ir al baile conmigo Vienna, a mí ciertamente me encantaría.-Dice velozmente y luego sus mejillas morenas se pintan de un color rosa, está sonrojado.

Sigo observando sobre su hombro hacia esas dos chicas y él se da cuenta de que no lo miro a él, sino detrás de él. Se gira observando que hay detrás, las mira y luego me mira a mí.

–Carlos, no quiero ser grosera ni nada, pero yo no quiero ir al baile como "pareja".- Hago paréntesis con mis dedos, me acerco a su oído para susurrarle.- Pero a Alana le encantaría tanto como a ti.- Me separo, le sonrío a él y saludo a mis amigas, le guiño el ojo como cómplice a Carlos para luego salir de donde me encuentro y caminar hasta el baño.

Alana me sigue y al entrar al baño la espero. Ella entra para después mirarme.

–¿Qué te dijo? Se veía nervioso.- Murmura preocupada.

–Me dijo que te quería llevar al baile.-Le doy una sonrisa para que ella entienda que ya lo sé todo.

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