Escritora P.O.V
Hugo pone en marcha el auto hasta llegar a la dirección que le dijo Deborah. Estaba bajándose, cuando siente un fuerte golpe en la cabeza y en cuestión de segundos cae al suelo.
Lo agarraron entre dos hombres y lo subieron al baúl de una camioneta con las manos amarradas y la boca bien tapada.
Al cabo de unos minutos Hugo abre los ojos lentamente en lo que escucha voces provenientes de la parte delantera de la camioneta. Era la voz de Deborah, hablando ¿con quién?
-Buenos días oficial. ¿Algún problema?
-La licencia de registro del vehículo, por favor.-habla el oficial.
-Claro, enseguida.-hace una pausa para buscar la licencia.-Aquí tiene.-habla tan amable que a cualquiera engaña.-El vehículo está registrado a mi nombre. Soy la licenciada Deborah Thompson.
-¿Hacia donde se dirige?
-Estamos en camino a mi rancho. Vamos un poco tarde pero estamos a la orden para lo que necesite.
-¿Ustedes llevan alguna carga?
Hugo intenta gritar pero su boca esta tan bien tapada que no logra hacer algún grito audible para el oficial.
-Mmm no. Pero de regreso traeré algunos productos de mi rancho.
Surge una pausa larga, Mientras el oficial observa la licencia y a Deborah.
-Bien. Pueden continuar.
-Gracias.-y en eso la camioneta se pone en marcha nuevamente.
Luego de unos treinta minutos la camioneta se detiene. Era un lugar tranquilo con muchos árboles, a las afueras de la ciudad con una pequeña cabaña.
-Traigánlo a la cabaña.-ordena Deborah.
Hugo escucha que se abren dos puertas, una de cada lado. Intenta quitarse la soga de sus manos una y otra vez hasta que obtiene éxito, su mente empieza a maquinar rápido y en cuanto se abre la puerta de la cajuela le da una patada tan fuerte al hombre blanco de trenzas que cae al suelo llevándose con él, al otro hombre alto de barba y pelo corto negro.
Enseguida Hugo vé que el de trenzas intenta sacar rápidamente una pistola de su bolsillo delantero pero es más rápido y pisa su mano con el pié impidiendo que lo haga. Se agacha y toma la pistola en su mano apuntándole a ambos.
-A la camioneta, vamos.-ordena sin dejar de apuntarle. Los dos hombres se levantan del suelo con las manos en alto y se acercan a la camioneta dando pasos lentos.
-¡Vamos! iremos a visitar a la policía.-dice dándoles el paso para que suban.
-Tranquilo no se te valla a escapar un plomazo.-habla el de barba.
-A mi no se me escapa nada.- Hugo dispara al suelo cerca de sus pies haciendo que se apresuren a subir.
-¡Está bien! ¡ya vamos a entrar!
-La próxima va en la frente ¡subánse!- les señala y se suben.
En eso Hugo siente una fuerte corriente en su espalda haciéndolo caer de rodillas, pero la descarga es tan fuerte que se deja caer al suelo y los dos hombres bajaron rápidamente de la camioneta con unas enormes sonrisas en sus rostros.
-Gracias al disparo que hizo este imbécil qué le avisó. Nos iba a entregar a la policía el desgraciado.-habla el de trenzas.
-¿Que demonios pasó?-dice Deborah.
-Este condenado nos dio una sorpresa.
-Lo sabía. No será un prisionero fácil. Vamos a llevarlo dentro.-Deborah entra y los dos hombres levantan a Hugo y lo llevan tras ella.
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Mi Guardaespaldas Y Chófer ©
Teen FictionEstar con él le traería graves consecuencias, pero ella estaba dispuesta a asumirlas.