Brooke P.O.V
Jamás me había sentido tan impotente como en este momento después del secuestro de Hugo.
¿Que es lo que estaba pasando? ¿Porque la visión que tenía de mi vida comenzaba a perder sentido?
Las cosas se salieron de su lugar al igual que las preguntas absurdas que surgían en mi mente mientras intentaba revivir de la negrura que me aplastaba como si fuera una burbuja resistente.
Mi subconsciente fue lo único que me acompañó en este colapso confuso por lo que me pareció una eternidad, pero cuando logré estabilizarme un poco, volví a lo que parecía ser la normalidad.
Abrí los ojos lentamente y una ráfaga de viento helado me recibió, estremeciendo cada parte de mi cuerpo. Lo primero que divisé fue el suelo terroso y las puntas de mis botines sucias de lodo. Levanté el rostro temiendo al panorama que podría esperarme. No me sentí amenazada pero eso tampoco alivió mi angustia porque lo que había frente a mi era sólo la oscuridad más allá de la neblina que flotaba en el aire con un aspecto fantasmal.
-¿Mamá?-logré decir mientras terminaba de salir de mi trance.
Quería dar un paso adelante, encontrar a mamá y salir de este frío y desolado lugar.
Pero antes que pudiera considerarlo, noté que tenía los brazos atados a un palo fuerte que hasta ahora me di cuenta, estaba detrás de mi.
Moví las manos bruscamente y emití un ligero gemido de queja cuando el filamento que tenía en las muñecas me rozó la piel. Miré a todos los ángulos que podía alcanzar y oculté el pánico dejando salir un suspiro tembloroso.
Nuevamente hice el intento de arrastrar las cuerdas fue de mis muñecas, pero el material era resistente y fabricado para causar dolor en caso de forzarlo.
Traté de guiarme y hacer el esfuerzo de encontrar el espacio necesario para liberarme. Sin embargo, me detuve al percibir pasos ruidosos sobre hojas que posiblemente se encontraban esparcidas en el suelo. Contuve la respiración y volví la mirada hacia la neblina que ocupaba toda la atmósfera.
La luna brilló a través de las penumbras y así pude observar dos siluetas femeninas que se aproximaban.
Cerré varias veces los ojos tratando de acostumbrar mi visión al ambiente frente a mi. Gracias a la luz de la luna que se colaba por algún lugar de lo que creía era una cabaña, pude divisar el rostro de aquellas dos chicas. Esto debía ser una broma.
Esa tarde en el centro comercial... cuando íbamos por los detergentes al lado de Hugo pasan dos chicas las cuales le coquetean pero el sigue con su mirada al frente, yo solo rodeé los ojos.
Esa nota...
"Hey guapo, somos las chicas que te pasamos por el lado en el centro comercial, aquí están nuestros numeros: 593-99-691-1280 & 658-55-423-0978
Esperamos tu llamada, Daniela y Caitlyn."Vuelvo a la realidad.
-¿Daniela?-las miro a ambas.-¿Caytlin?
-Oh valla, se sabe nuestros nombres.-habla una de ellas y se echan a reír.-¿Acaso somos tan famosas Dani?
Ahí me doy cuenta cual es cuál.
Ambas llevaban chamarras de cuero negra, pantalón y botas del mismo color. Daniela tenía el pelo marrón oscuro y Caytlin era completamente rubia.
-¡¿Que demonios hacen aquí?!-articulo en un grito.
-No, no. Sin preguntas.-Caitlyn da pasos al frente.
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Mi Guardaespaldas Y Chófer ©
Genç KurguEstar con él le traería graves consecuencias, pero ella estaba dispuesta a asumirlas.