El corazón y la cabeza no se llevan bien, aunque en mi caso tampoco lo intentan.

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"La tortura de una mala conciencia es el infierno de un alma viva."

Querido diario.

No he podido escribir antes ya que he estado un poco liada con la mudanza. Sí, mudanza. Al parecer mis armas de mujer siguen en plena forma y puedo conseguir todo aquello que me proponga. Jordi es un cielo, me ha ayudado a llevar casi toda mi ropa -por no decir el armario entero- y mi madre habló con él y no me puso pegas para marcharme, siempre y cuando hablemos por teléfono y no oponga resistencia si algún día quiere venir a verme, pero lo entiendo, al fin y al cabo soy su única hija y es normal que se preocupe.

La casa es más grande de lo que recordaba. Cuenta con dos amplias habitaciones, dos baños, el comedor principal, la cocina, otra habitación a la que aún no he podido entrar pero me muero de ganas por hacerlo -¿qué habrá escondido allí?- y una terraza con dos banquitos y un equipo de música con su mesa de mezclas, aparentemente bastante caro.

La habitación en la que me he instalado es preciosa -no tanto como la anterior en la que vivía, pero no está mal-. Las paredes son de un verde llamativo que me recuerdan a los prados naturales, típicos de Galícia y Cantabria. En una de las paredes he colgado dos pósters para decorar y darle un poco más de vida al cuarto. Uno es una fotografía en blanco y negro de la Torre Eiffel tomada desde un ángulo perfecto que permite apreciar su hermosa estructura y el otro es de uno de mis ídolos musicales: Lady Gaga, una mujer libre, auténtica, indiferente y sin miedo a los comentarios u opiniones del resto, además, rebosa energía por los cuatro costados. También hay una ventana que proporciona luz natural y hace que brille aún más el tono verdoso de las paredes. La cama parece comfortable, aunque todavía no la he probado ya que estos días he dormido con Jordi -bueno, más que dormir nos hemos dado calor mutuamente-.

En una estantería situada en la pared frontal a la de la cama hay unos cuantos libros ordenados y dos peluches -el primero es un bebé panda y el segundo un tigre- que he colocado ahí como recuerdo de mi antiguo dormitorio.

Ayer nos fuimos a dar una vuelta los dos por el paseo marítimo y me lo pasé genial. La gente nos miraba enternecida como si fuésemos una pareja de enamorados -si nos conocieran mejor cambiarían de opinión- y nosotros no parábamos de reír. ¿Por qué? precisamente porque ambos estamos seguros de que lo nuestro es cualquier cosa salvo una relación normal; yo aún sigo enamorada de Mario por mucho que intente negarlo y a Jordi no le apetece nada serio -o eso me contó-. Él me dijo: "somos personas y como tales tenemos ciertas necesidades, y por qué no satisfacerlas" y en mi humilde opinión tiene razón, sin embargo, a veces pienso que tal vez quiera aprovecharse de mí, coger confianza y conseguir que tengamos algo más -ya que la idea de venirme a vivir aquí fue suya- pero luego también pienso ¿y qué más da? La vida ya es complicada por sí sola como para enrredarla más con mis pensamientos.

Mañana volveré al instituto, que ya he faltado tres días y debo recuperar el tiempo perdido si quiero aprobar los exámenes. Menos mal que Mireia, una compañera de clase, me ha dejado sus apuntes. ¿Por qué se los pedí a ella y no a Lydia? Fácil, porque no la he vuelto a ver desde la misteriosa desaparición de Mario. Dijiste que no volverías a pensar más en él. Ya, pero todo el mundo habla de eso, es triste, pero hasta se rumorea que se han escapado juntos. Y ya no qué pensar, ¿qué es lo real y qué lo falso? si pudiera escuchar su versión, la de alguno de los dos, -un por qué, una explicación, ¿he hecho algo malo? , y si es así ¿el qué?- la cosa cambiaría, pero como no nada de ellos, ni un correo, ni un sms, ni una llamada, ni un mensaje de voz, ni tan siquiera una triste perdida -¿tan mal me he portado con ellos?. No, no has hecho nada-. Y yo llegué a creer que los conocía, los consideraba como una parte esencial de mi.
Eso te pasa por confiar en la gente. Cállate estúpida.

Me he prometido que a partir de ahora no seré tan ciega y no confiaré tanto en los demás, me han obligado a arrancarme la venda de los ojos y aunque ahora me escuezan y lloren sé que en un futuro será lo mejor.

Nota: lo que está en cursiva no aparece escrito en el diario de Mayra, pero son sus pensamientos.

Quemate conmigo (2ª Parte de Indestructible)  [#EDreamsAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora