Justin puso la bandeja frente a ella. ________ hizo una mueca de asco.
—No me gustan.
Él le sonrió burlón.
— ¿Los has probado al menos?
Ella asintió.
—Saben horrible.
— ¿Te quedarás todo el almuerzo sin comer?
Ella le sonrió.
—Por eso traje las fresas.
Justin se pasó la lengua por los labios, lentamente. _______ se ruborizó y miró hacia otro lado. Él observó cómo se ponía pálida.
— ¿Haciendo muestra de compasión por los animales, Justin? —bramó Génova, deteniéndose al lado de ________.
Ella volvió a bajar la cabeza.
— ¿Acaso me vez hablando contigo? —le espetó él, cabreado.
La expresión burlona de Génova se esfumó de golpe.
— ¿Qué dijiste, Bieber?
—Que te largues, eso. Estoy almorzando.
— ¿Te comerás los ravioles o la ballena?
________ contuvo el sollozo antes de pararse de la mesa e irse corriendo. Justin la observó y volteó la vista hacia Génova, mas cabreado que nunca.
— ¿Qué ganas con llamarla así? —gritó Justin.
—Qué más da lo que gane. ________ es una ballena nerd y me cae de la patada.
—Dale gracias a tu estúpido padre y a tu ridícula madre por haberte hecho mujer, porque si no lo fueras te caería a golpes.
Se giró y salió corriendo directamente hacia el lugar en donde había visto marchar a ________. En el patio posterior, debajo de un enorme árbol, estaba _________ echa un ovillo. Justin se sentó a su lado y la abrazó.
—No llores, ________.
________ lo empujó.
—Déjame en paz.
Justin suspiró antes de tomar su rostro entre sus manos y besarla. Al instante _________ se calmó, relajando los músculos. Las lágrimas secaron, mientras él mantenía posesión de sus labios. _________ gimió de frustración.
—Deberías dejar de hacer eso.
Justin sonrió junto a su boca.
— ¿El qué?
—Besarme como si me quisieras.
—Pero yo te quiero.
—Pero yo no te creo.
Justin la besó antes de separarse.
— ¿Lo dices enserio?
________ asintió.
—Es difícil creer que el chico de tus sueños viene un día t te besa sin más, Justin.
Él sonrió.
— ¿Soy el chico de tus sueños?
_________ asintió, avergonzada.
—Sí. Ahora que lo sabes, dile a Génova. Seguro se le ocurrirá otra cosa para burlarme.
Justin frunció el ceño, irritado.
—Génova es la copia barata de una serpiente de cascabel, no le hagas caso. Es una loca envidiosa sin corazón.
Tomó su mano y la llevó al corazón mientras le robaba un beso.
—Dame siete días.
— ¿Siete días para qué?
—Para demostrarte cuanto te quiero.
