—Es el trabajo final, chicos, así que esfuércense. Algunos lo necesitan —la profesora miró burlona a Génova—. Unos más que otros claros. Es un trabajo en pareja. Vale cien puntos. Pero, claro, esta vez yo asignaré las parejas.
Todos protestaron, menos _________ Parker. Callada en una esquina observó como la profesora de Humanidades, Viviana Lasanta, pasaba el dedo por la lista. Nerviosa, miró a Génova. Era su infierno personal. La burlaba cada vez que se la cruzada. Era un martirio.
«Por favor, que no sea con Génova»
—Génova Parks… —pasó el dedo por la lista—: con Samara Newton.
Las dos silbaron. No era un secreto que eran mejores amigas. Dos epidemias, dos amenazas, dos infiernos.
—Jenny Scott… —pasó el dedo por la lista—: con Alisson Rotter.
________ cerró los ojos mientras escuchaba.
—Justin Bieber…
El corazón de _________ se detuvo. Aquel nombre la había volar Justin era un chico encantador: poseía los más hermosos ojos, la más encantadora de las sonrisas, el más admirado de los cuerpos. Y lo único que podía hacer era admirarlo desde lejos. Era un imposible, completamente. Justin era amigo de todos, un excelente jugador de soccer, un auténtico dios cuando canta y un magnifico bailarín.
________ no era nada. Era buena con los niños, mucho. Los fines de semana iba a una casa hogar a leerles cuentos a los niños que ella misma escribía, jugaba con ellos hasta la tarde y en las noches los llevaba uno a uno a la cama antes de marcharse.
—Justin, ¿te parece si te pongo con ________?
________ abrió los ojos de golpe. Se encontró con un par de ojos mieles que la observaban y una sonrisa de ensueño dedicada a ella.
—Sí, está bien.
Génova soltó una carcajada.
—Con el peso de _______ bien podría ser un trabajo de tres, en vez de dos.
________ dejó caer la cabeza, queriendo escapar. Esperó en silencio a que la profesora terminara por indicar la pareja de quien.
—Bueno, asignaré a un líder. Ese líder debe parar por aquí para que escoja el tema. Son cincuenta puntos por el trabajo escrito y cincuenta más por el oral.
—Mierda —masculló ________. Los trabajos orales no eran lo suyo.
—Como ________ es la mejor de la clase, dejaré que ella escoja primero.
________ resopló antes de ponerse en pie. Caminó hacia la profesora y observó la lista. Optó por el tema de la “Guerra Fría”. Volvió a sentarse. Cuando quince minutos después la campana de cambio de clase sonó, ________ sintió la deliciosa libertad. Caminó por el pasillo tarareando una canción. Pero, al llegar frente a la puerta de su salón, observó el papel donde se anunciaba que la profesora no daría esa clase.
«Genial»
Se giró para marcharse a la biblioteca, pero frente a ella estaba su debilidad. Justin le sonrió mientras la sostenía del brazo cuando vio que iba a caer. ________ parpadeó, nerviosa.
—Hola. ________ ¿Cierto?
—Mm, sí ¿Justin?
Él le sonrió.
—Sí. Quería que arregláramos lo del trabajo.
________ se agitó el cabello y comenzó a peinárselo distraídamente. Era lo que hacía siempre que estaba muy nerviosa.
—Claro, ¿te parece si lo hacemos en la biblioteca?
La sonrisa de Justin se tornó divertida.
— ¿Ahora? —le preguntó.
________ se ruborizó.
—Si quieres, sí.
Aguardó un segundo antes de caminar hacia la biblioteca. Justin caminó junto a ella y cuando observó cómo andaba distraída, tarareando una canción de cuna, acarició su brazo para tomarla de la mano. ________ se detuvo en seco.
— ¿Qué estás haciendo? —le preguntó ella.
Justin sonrió.
—Camino al lado de una linda chica.
— ¿Por qué me tomas de la mano?
— ¿No puedo?
_________ soltó su mano.
—Nos pueden ver.
— ¿Qué tiene de mano llevar de la mano a una linda chica?
—Llevarla, nada. Pero yo no soy una linda chica.
Los ojos de ________ se aguaron a medida que aceleraba el paso para ir a la biblioteca.