Yo si lo amo

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"Todos los días me levanto y me veo al espejo. Siempre pienso que tengo una piel rara ¡pero hay que pensar positivo! Hoy ella estaba más rara de lo normal. Siempre he sido su amigo desde la infancia, creo que soy su único amigo aparte de Tobi. Sus ojos son tan solitarios y muy pocas veces muestra sus emociones, si fueras más abierta todos te pudieran aceptar... Hola, aquí al habla Hoshigaki Kisame, ese día fue todo un lio, hasta me enferme; pero creo que lo mejor de todo fue verte sonreír con sinceridad..."

En el «gran» cuarto de Itachi Uchiha, la mencionada dormía tranquilamente y en eso sonó su celular anunciando la hora de despertarse. La ojerosa se cubrió con una almohada que tenía al lado para no escuchar el despertador de su celular.

―Cinco minutos más... ―murmuró debajo de la almohada.

Después de haber dicho esas palabras estiró su brazo aun tapándose con la almohada y agarró su celular, sin embargo en su descuido, no notó que se encontraba en la orilla de la cama dando así un encuentro con el suelo junto con la almohada y las sabanas.

―Auuch~ ―dijo quitándose la almohada dejando ver su cabello oscuro suelto y desordenado y levantándose del suelo. Se estiró y colocó la sabana sobre la cama junto con la almohada y se acarició la cabeza donde se propinó el golpe―. Fue un golpe fuerte... "¡Todo por culpa tuya celular! ¿No podías darme otros cinco minutos más? Que avaro eres..." ―pensó y se fue directamente al baño―. "Parezco un muerto con las ojeras y el cabello así. Bueno me iré a bañar" ―se quitó la ropa para así bañarse y sentir el agua caliente rozar sobre su piel―. "Ah~, esto sí que es vida" ―salió del baño y se colocó una toalla para después ir a su cuarto a secar su cabello―. "Me da escalofríos ver clases con Orochimaru-sensei, siento como si me observara mucho... Pero creo que hoy será un buen día" ―se colocó su uniforme correctamente, con la camisa adentro y su lazo amarrado y se observó en el espejo de su cuarto y se dedica a peinar su cabello―. "Seguro Deidara me vera y me gritara o me insultara y tendré que responderle. Desearía que por una vez en la vida no tengamos que..." ―su mirada se torna triste―. "Que pelearnos" ―acomodó su cabello en una clineja―. "Cambio de look. Creo que no se ve tan mal" ―miró su reloj de celular―. "Creo que ya debería irme" ―recogió algunas cosas y las introdujo en su maletín para así salir enseguida de su cuarto.

La casa de Itachi era muy grande y hermosa, con adornos y plantas en cada pasillo y lugar por donde caminaba. Cada mucama que veía la saludaba con una sonrisa y esta le respondió de igual forma a cada una. Siguió hasta que llego a la cocina, también muy amplia, se encontraba una señora de mediana edad terminando un bento y poniéndole un pañito de adorno con el signo Uchiha para que no se desbordara la comida.

―Buenos días Kanabe-san ―dijo la chica algo fría pero con tono agradable.

―¡Oh, Itachi-chan! ¿Cómo estás? ¿Despertaste bien? ―preguntó amable la señora con una sonrisa cálida.

―Bien... ¿y usted? La otra vez se veía un poco mal ¿seguro que puede trabajar? ―dijo en tono preocupado la pelinegra.

―Claro, claro, todavía puedo trabajar ¡Aun soy joven! ―dijo alegre la señora.

-Bueno, tengo que irme... Perdone las molestias ―agarró el bento y se fue corriendo― "Kanabe-san ha trabajado en nuestra familia desde que yo soy pequeña, para mi es casi parte de la familia... Pero su salud ha decaído un poco. Espero se encuentre bien" ―iba corriendo por las calles y en eso sonó su celular y se paró al acto y lo miró―. "¿Kisame?" ―Responde su celular―. ¿Si, Kisame?

Precious Days in AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora