Sabes a dolor

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 Bastian abrió la puerta de la enfermería escolar, la encargada limpio un poco la camilla mientras yo la acostaba poniendo sus dos brazos juntos como si estuviera abrazada a ella misma, mi manos son tenían ambas manos de ella frías como hielo, su moretón era más visible, la enfermera quito de su cara el cabello para así poder tocar su frente.

- Tiene fiebre – susurro, fue al botiquín y saco un termómetro rosado con un tierno gato en la punta y lo introdujo en su boca rozando su golpe, ella se quejó silenciosamente pero aún no habría sus ojos.

- ¿Qué le paso Thompson? – pregunto Nancy la vieja enfermera de la escuela, recogi mis hombros negando-

- Se desmayó en el aula, solo se desvaneció – ella anotaba en la tablilla, se acercó y me aparto un poco.

- Tiene pulso débil, debo quietar esto- dijo intentando desabrochar sus manillas de cuero gruesa las que ocultaban sus cicatrices, me interpuse entre Nancy y ella.

- Sabes, tome un curso de primeros auxilios en el verano,¿ me dejas a mí hacerlo? si no, entonces iré por mi dinero ¿te parece? – intente bromear, sabía que a ella no le gustaría que vieran su dolor, por algo lo ocultaba, Nancy sonrió y afirmo.

- Bien, pero ya sabes, recuerda quien descubrió tu escaso talento- sonríe falso, tome su pulso y lo indique con perfección , ciertamente estaba debil, casi carente de vida, los chicos abrieron la puerta y entraron, la enfermería era un lugar muy pequeño, 5 de nosotros, y Nancy y era como estar encerrado en el guardarropa.

- ¿Está bien? – Pregunto Bastian.

- Tiene fiebre – Dije.

- Esperen afuera, yo les avisare alguna novedad – dijo Nacy, los chicos salieron y los vi sentarse en las bancas de al frente, Nancy puso su mano en mi hombro.

- Saldré un momento joven, aquí no dispongo de la medicina para la fiebre, pero regreso pronto- afirme, ella saco unas llaves de una gaveta y se acomodó la bata blanca con bordado rojo a un lado que indicaba su nombre, tan pronto la puerta se cerró, fije mis ojos en ella y en nuestras manos entrelazadas, de apoco sus ojos se abrían débil por la fiebre, brillantes impactantes ojos verdes que estremecían mi mundo, ella giro su cabeza y vio la cruz roja en la puerta, abrió sus ojos un poco más y giro a mi soltó sus manos e intento levantarse.

- ¿Qué haces, en donde estamos ,que paso?- se sentó en la camilla pero rápidamente su cuerpo le exigió descanso reposando en la pared.

- Estamos en enfermería, te desmayaste y yo te cuido – negó y bajo sus piernas para bajar de la camilla -

- Estoy bien – dijo saltando al piso pero sus piernas aún estaban débil la abrace quedando medio apoyada en mí.

- No lo estás, deja que te ayude- tome su cuerpo y lo subí a la camilla nuevamente.

- ¿quieres que llame a tu madre para que te venga a buscar?
- No – grito-

- Tu padre quizás –negó nuevamente-

- Por favor, déjame ir.

- No puedo estas muy mal ¿quieres comer algo?- sus ojos divagan mordió su labio la respuesta era obvio, fui a la puerta.

- Axel –susurre, se acercó y saque dos billetes- compra algo para ella, el afirmo volvi a su lado.

- Tus pulsos – dije señalando las manillas- debes aflojarlos un poco, la circulación se dificulta y fue difícil tomar tu pulso.

- ¿las quitaron? – pregunto inquieta negué.

- Nancy quería hacerlo, pero –baje la mirada- lo impedí se lo que escondes en ellas, y si las ocultas es porque no quieres que nadie las veas- ella afirmo.

- ¿Qué te paso en la cara?, tus labios -los señales con distancia ella negó bajando la mirada y cubriéndolos.

- Me caí, soy muy torpe lo sabes –sonrió nerviosa, había perdido mi mirada en sus labios, la puerta se abrió Nancy y Axel entraban al mismo tiempo el acerco un sándwich y ella la medicina, tomo la pastilla sin protestar y aunque opuso resistencia a comer al final cedió devorándolo como si no hubiera mañana, el color había vuelto, o al menos lo normal en ella, había faltado a 2 clases para estar en la enfermería como su vigilante aunque se negara a que estuviera a su lado.

- Antes de irse- dijo Nancy- debo informales a tus padres que estuviste aquí, es bueno que te revise un medico por afuera.

- No- dijo nuevamente, ahora no había duda, el problema estaba en casa, pero ¿Qué tipo de problemas habrían para que negara tanto a compartir con los demás? Con tantas negativas y la insistencia de Nancy la corrí un poco atrás y me interpuse en la vista de Nancy

- Veras , sus padres están de viaje junto a los míos, técnicamente estamos solos por esta semana, así que yo soy su tutor- Nancy rio-

- Sabes que eso es imposible, debo llamar a alguien adulto y REPONSABLE –Reafirmo-

- Claro, mi Tía Magda, ella vive cerca –señale a cualquier lado- ella seguramente se hará cargo- Jade Miraba con ojos grandes intentando hablar con ellos afirme ella siguió mi gesto.

- Si la tía Magda me llevara al médico.

- ¿Bien cómo es su número? – tome la tabilla y escribí el número de Dann en la planilla en cuanto la di a Nancy le envié un mensaje de texto a Dann explicándole su respuesta la de siempre , accedió a toda complicidad siempre hacíamos eso, dábamos nuestros números y fingíamos ser otras personas para salir del problema, la orden estaba dada, ya podíamos salir, abrí la puerta para que ella saliera, La enfermera rio.

- Hacen una estupenda pareja – Comento a modo de broma Nancy a la despedida, , dibuje una aunque superficial picara sonrisa en la cara y mientras salíamos observe a Jade, su cara colorada y baja, los pasillos estaban desiertos, justo antes de entrar al salón, ella se detuvo puso su mano en mi pecho y esquivo mi mirada como siempre, sabía que sentía los latidos de mi corazón, y ya siendo un poco más sinceros, todos eran por ella.

- Gracias por eso- dijo suave.

- De nada, no sé qué escondes, pero ...

- No tienes idea, como te dije antes, aléjate de mí , Por favor – lo último lo dijo fijo en mi con una lagrima a punto de salir, el timbre sonó y la puerta se abrió dejando que los chicos salieran el profesor esperaba por una respuesta mi ausencia, ella saco su mano y entro chocando con los hombros de los demás, me acerque al profesor y entregue la papeleta de enfermería, no hubo reproche, ella salió a paso rápido mientras los chicos quedaban sentados , me senté en mi silla y perdí mi vista en la puerta .


Hermosas MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora