Solo mía.

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- Dime Alan por favor –dije perdiéndome en sus mirada, la enfermera llego con la orden de salida todos nos dispusimos a irnos, tomamos 2 taxis en uno iban ellos y el otro íbamos los dos, aunque en el camino el silencio reinaba, sabía que de mi parte muchas palabras querían salir, una vez llegamos, entramos , a decir verdad el apartamento era un poco amplio una vez estaba arreglado, note que habían cosas nuevas que seguramente ellos llevaron mientras yo dormía en casa, Bastian cocino un poco y pasamos una tarde agradable aunque ella siempre tenía la mirada perdida y un poco triste, ocultaba sus brazos lo más que podía, al llegar la noche todos se fueron dejándonos a solas, le indique la habitación que ella ocuparía en esos días , le deje una jarra de agua junto a la mesa ay un vaso por si tenía sed no fuera a tener grandes esfuerzos para levantarse y caminar hasta allá, una vez estaba acostada tome su mano y la bese.

-¿Todo... bien? –Ella afirmo con un par de lágrimas ya rodando en su mejilla-


- Nunca nadie se había preocupado por mí – dijo con voz quebrada.

- Eso es del pasado, por favor, acepta mis sentimientos, aunque debatí con ellos mucho tiempo al fin los he aceptado.

Su llanto se incrementó se sentó en la cama mientras yo estaba arrodillado aun lado.

- No lo entiendes –se recogió las mangas del buzo que tenía dejado al descubierto sus cicatrices – Soy una chica sin alma, sin corazón, algún día no estaré, no seré peso para nadie – negué.

- No eres peso para nadie, no para mí, quiero hacerte feliz, déjame intentarlo –intente sonreír, ella esquivo mi mirada y recogió sus brazos se abrazó a ella misma y me dio la espada, apague la para que iluminaba el cuarto y me fui a casa.

Madre estaba realmente nerviosa por el viaje pase el domingo completo junto a ella sin embargo pedí a los chicos que estuvieran pendientes de alguna necesidad, el lunes llego , era el primer lunes de mi existencia que deseaba que llegara, puntual a las 6 A.M en la puerta de la escuela, de a poco fueron llegando los chicos hasta que finalmente llego Dann junto a ella, aun tenía una pequeña curación en la cabeza , lucía un poco más normal que antes, una sonrisa fue la bienvenida, me acerque a ella tomándola de la mano.

- Madre estaba nerviosa la acompañe todo el día – dije, ella afirmo los 6 caminamos a nuestro salón habitual, pero había algo diferente ese día, algo por lo que los alumnos de toda la escuela se detenían y miraban a nosotros, había algo especial, nuestras manos estaban unidas reflejando un sentimiento que al parecer era mutuo, Kim, Lee , Katsu todas ellas susurraban , poco me importaba como siempre, Jade intento zafar su mano al sentir un poco más de atención que siempre pero mantuve mi mano firme con la suya , sonriendo como siempre, al entrar la deje en su lugar, me senté a su lado.

- No quiero que te sientas incomoda, solo quería que los demás vieran que lo que siento por ti es real

- Alam, yo... lo siento, es la primera vez que ... que .. esto – dijo cubriendo su rostro con sus manos.

- Y yo –susurre la puerta se abrió y todos los alumnos entraron, me acerque a ella para darle un leve beso en sus labios agrietados y maltratados, volví a mi silla al lado de Dann y deje que el tiempo pasara, por primera vez sentía todo liviano, el día sería bueno si ella estaba a mi lado, no tendría que ocultar tanto el sentimiento, además sea una semana que pasaría con ella hasta el regreso de madre.

- ¿Cómo haremos con tu ropa? – dije arreglando mi cama para que ella se acostara, Madre se haba ibo minutos después de yo haberme ido a la escuela, dejando una nota de las cosa que debía y no debía a hacer en su ausencia ,Jade había aceptado estar con mi casa hasta que las cosas en su casa pudieran estar un poco mejor, algo que dude sucediera , ella dormía en mi habitación mientras yo dormía en el sillón de mi habitación, si la idea era jamás estar lejos de ella, verla dormir , hablar de cosas que pensé ella pudiera seguir mi ritmo incluso en la música, lunes y martes de escuela y de tardes con ella, aunque aún nos hacia un poco extraño convivir sé que ambos lo amábamos, su sonrisa era un poco más frecuente, sus palabras más fluidas y sus labios más sanos, ella me contó su vida y como soporto el maltrato proporcionado por su padre solo con la esperanza de verlo algún día pagar por el daño causado, pero pensaba que el daño se lo hacia ella misma al herirse, todo en ella estaba sanado su alma y sus heridas, el jueves luego de escuela y hacer los deberes, encendí un cigarrillo en el sofá , estaba oscureciendo perdí mi vista en un florero que tenía madre, había abierto todas las ventanas y puertas en la casa , no era un habito fumar, pero solía hacerlo en ocasiones perdidas, unas manos rodearon mi cuerpo , deje el cigarrillo a un lado y tome su mano hice un poco de fuerza para que ella se fuera al frente de mí, sentada paso sus piernas por encima de mas mías, quedando sobre mí , me abrazo tan fuerte que sentía que nuestras almas se unían, unas cuantas lagrimas calaron humedeciendo mi camisa, me separe un copo de ella para observarla mejor .


- ¿Qué sucede?

- En un par de días, debo irme, y la verdad, odiaría estar lejos de ti -sollozo-

- Nos veremos a diario, puedes venir los fines de semana, o quedarte en la casa de Dann –dije aplacando la situación, ambos sabíamos que si regresaba a su casa las cosas no mejorarían.

- Quiero estar contigo siempre – susurro besando mis labios enredando sus manos en mi cabello acercando si frágil cuerpo al mío, apague el cigarro en mi pantalón y lo deje caer en el piso lejos de la alfombra de madre, incline mi cuerpo para que ella cayera suave en el cojín del sillón, una sonrisilla nerviosa se asomó entre labios, los que besaba con pasión, acariciaba cada parte de su cuerpo , la besaba con locura y pasión, la besaba como si fuera la última vez que tendría sus labios disponible para mí, la bese para hacerla mía esa vez, saque mi camisa deprisa y saque el buzo que ella tenía , aunque con un poco de miedo mire hacia su cuerpo , nada de lo que no había imaginad, cicatrices , golpes , quemaduras y algo más, besaba cada cicatriz, su respiración incrementaba con cada beso, tome con el índice una tira de su ropa interior y tire de ella su mano me detuvo por unos segundos.

- Promete que no te olvidas de mí – dijo corto y casi ahogada.

- Lo prometo – soltó mi mano y seguí bajando su ropa interior, bese su ombligo bajando un poco más hasta su intimidad húmeda por la ocasión, bese esa parte aquella y las demas, un gemido escapo de su boca, subí hasta su sostén y lo desabroche como todo un experto, si bien era la primera vez que me enamoraba de una chica , pero en cuanto a Sexo había tenido el suficiente para saber qué hacer, llegue a su boca y luego de unos cuantos besos seguí por su cuello dando mordidas leves, sus manos acariciaban mi espalda dándome entonces estímulo para actuar, saque mi ropa interior con una mano , sus ojos cerrados y su boca a medio abrir , ella era perfecta, aun con sus miles de cicatrices, ella era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, introduje con cuidado mi miembro en su entrada, por más delicado que intentara ser sabía que iba a ser doloroso para ella, y más dolor no quería, me retire un poco, tenía sus uñas en mi hombro, la bese .

- No quiero hacerte daño – susurre.

Hermosas MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora